miércoles, 25 de marzo de 2020

ADIÓS A UN PERSONAJE

El fútbol nacional perdió ayer a alguien que fue uno de sus protagonistas durante cuatro décadas, el árbitro Jorge Antequera. Ni futbolista ni dirigente, se ganó un lugar en la historia cumpliendo  la función más ingrata que tiene este hermoso juego.

Don Jorge Antequera fue todo un personaje, por su personalidad extrovertida, por su particular manera de dirigir, enérgica, un tanto histriónica, por su trotecito corto y sus gestos ampulosos que le ayudaban a graficar sus determinaciones, y que a la vez generaban reacciones en la tribuna, casi siempre burlescas, a tono con la picardía que abunda en los hinchas, quienes siempre tienen en la mira, justamente, al árbitro.

Era paceño pero surgió en el arbitraje cruceño en 1968, cuando estaba de moda traer árbitros extranjeros en el afán de garantizar la neutralidad en los partidos, por esa inveterada sospecha que existe sobre la capacidad y honestidad de los “hombres de negro”.

Por ese motivo arribaron el paraguayo Cayetano de Nicola, y los argentino Héctor Eliseo Puga y Carlos Washington Andrada, contratados por la Asociación Cruceña de Fútbol a fines de los 60; a quienes se sumaron el colombiano Guillermo Velásquez, los paraguayos Salvador Valenzuela, Isidro Ramírez, Luis Fariñas y Héctor Ortiz, y los peruanos Pedro Reyes, Enrique Montes y Hugo García, a iniciativa de la Federación Boliviana de Fútbol para los torneos nacionales de principios de los 70.

Antequera se ganó un lugar rápido, dentro de ese grupo que irrumpía en el arbitraje junto a Luis Barrancos y Luis Gutiérrez, y otros que terminaban su carrera como Jorge Chuquimia y Mario Ichazo. Antequera y Barrancos se convirtieron en la referencia del arbitraje cruceño y nacional.

Tuvo a su cargo muchas finales, clásicos y partidos importantes, como aquel entre Oriente Petrolero y el Santos de Pelé en 1971, o el que disputaron Blooming y Lokomotiv de Checoslovaquia en 1970, también la Conmebol le encomendó partidos de Copa Libertadores y otros eventos internacionales. Solo le faltó estar en una Copa del Mundo.

Una anécdota describe su personalidad en la cancha. Fue en la despedida de Roly Aguilera Pareja, que dejaba el fútbol vistiendo la camiseta 9 de su querido Blooming, siendo ministro de estado del gobierno del general Ovando Candia, en un clásico ante Oriente Petrolero. Antequera lo expulsó ante la sorpresa de todo los que estaban en el estadio Departamental. Aguilera le pidió, como capitán, que no eche a su compañero Capú, y terminó yéndose de la cancha llorando desconsolado.

Ese fue Jorge Antequera, que, con su impronta, marcó el arbitraje boliviano.

martes, 18 de junio de 2019

LLEGÓ LA HORA DE CAMBIAR

 
Bolivia tiene un gran problema, sale a defenderse y siempre termina perdiendo. No tiene cualidades ni oficio para hacerlo. Colectiva e individualmente es frágil en ese aspecto y termina siendo vulnerable.
Se agrupa, se mete atrás, sale poco de su zona defensiva, sin embargo le llegan por todos lados; es superada con la pelota al piso y en el juego aéreo; por eso Lampe es casi siempre el más activo y de los más destacados en el cuadro nacional.

A Eduardo Villegas le gusta que sus equipos se agrupen y sorprendan saliendo con decisión y sorpresa, por eso es considerado un entrenador defensivo en nuestro medio. Sin embargo, esa fórmula le dio resultado en el país y salió campeón muchas veces, es el técnico con más títulos en su haber.

En la selección boliviana no le funciona como en sus equipos. No ganó ninguno de los partidos que disputó. Empató con la débil Nicaragua y perdió ante Corea del Sur, Japón, Francia y Brasil.

En casi todos los partidos la pasó mal, incluso con los nicaragüenses en el Chapare, Bolivia perdía por dos goles y empató realizando un gran esfuerzo. Después, coreanos, japoneses, franceses y brasileños no la golearon de milagro.

Villegas reconoce que para ganar hay que arriesgar, pero en la cancha no se ha visto una selección boliviana que tenga la convicción de atacar cuando las condiciones se le permitan, tampoco se nota rebeldía para sobreponerse al asedio rival ni un plan para lastimar cuando está en aprietos.

El discurso del entrenador y las declaraciones de los jugadores no coinciden, por un lado él habla de ser ofensivos, profundos en ataque, que el equipo debe soltarse y sus dirigidos dicen que se refugian porque eso es lo que les pide el cuerpo técnico. Villegas no es claro en su propuesta o los dirigidos no le entienden lo que pretende.

Tampoco ayuda la elección de jugadores, especialmente en el mediocampo, muchos de ellos lentos en el traslado, sin capacidad para el ida y vuelta, en un fútbol donde la dinámica es clave para disputar el partido en distintos sectores del campo y no solo en zona defensiva.

Perú es el rival de turno. Saldrá a ganar, seguramente, para poder clasificar, tras el empate ante Venezuela. Es una selección con variantes y cambio de ritmo, sin el peso de Brasil pero con recursos ofensivos.

Bolivia también está obligada a vencer si pretende seguir en carrera en la Copa América, para ello tendrá que pensar un poco más en el arco contrario. Vamos a ver si tiene un plan para atacar, y si este es mejor que la estrategia que tiene para defenderse.

Para cambiar la historia del futbol boliviano, la meta que tiene Villegas, habrá que perder el miedo y mostrar ambición. Metiéndose todo el tiempo atrás y defendiéndose mal, la historia se seguirá repitiendo.

domingo, 16 de junio de 2019

UNA BOLIVIA CARA CONOCIDA

Bolivia fue más de lo mismo ante Brasil. Repitió las pobres actuaciones que tuvo ante Japón, Corea del Sur y Francia. Decidido a jugar cerca de su arco, poco predispuesto a atacar y sin argumentos a la hora de controlar la pelota.
Es un equipo que sale a defenderse, convencido de que es inferior a sus rivales, pero sólo atina a agruparse delante del área grande, defiende mal, es vulnerable por todos lados, y no sabe qué hacer con la pelota en su poder.
Ayer, el inicio del partido fue una copia del encuentro que jugó con Francia. Brasil lo arrinconó y no le hizo un par de goles en los primeros diez minutos porque, a diferencia de los franceses, sus atacantes no estuvieron inspirados en la zona de definición.
El empate sin goles del primer tiempo fue engañoso y dio lugar a un enfoque antojadizo a la hora del balance, lo mismo que la desafortunada mano de Jusino que derivó en el penal que rompió el cero y encaminó la goleada brasileña.
Brasil se enredó solo delante del área boliviana y se fue cerrando de a poco los caminos al gol en la primera parte, frente a un equipo nacional que se sostenía en pie con fortuna y coberturas desesperadas que enmendaban errores.
Eduardo Villegas insiste con una formación integrada por jugadores lentos, especialmente en el mediocampo y una zaga insegura, con laterales que sufren mucho cuando los encaran o les juegan la pelota a las espaldas. Los dos Bejarano la pasaron mal toda la noche en el Morumbì.Justiniano, Saucedo y Castro perdieron muchas pelotas por demorar en el pase, acostumbrados al juego lento de occidente, y complicaron al equipo constantemente. Saavedra y Chumacero, por el contrario, corren mucho y aportan poco, porque confunden vitalidad con desorden.
Castro juega menos de lo que puede porque lo ubican en un puesto en el que no rinde, el de volante ofensivo. Es "6" y lo hacen jugar de "10". Villegas lo sabe, pero insiste en cambiarle la función y lo perjudica.
Chumacero está lejos del buen jugador que se fue al Pueblo de México. Ante Brasil se equivocó mucho en los pases, se mostró inseguro y sin la prestancia que otorga el roce en un fútbol más competitivo.
Martins volvió a ser el solitario aventurero del ataque boliviano. Sudó la camiseta, pero pateó una sola vez al arco. Aunque parezca incongruente, fue de lo mejorcito en el seleccionado nacional por ímpetu, personalidad y esfuerzo.
El ingreso de Leo Vaca y Ramiro Vaca le dio un poco más de vitalidad al equipo. Algo no se entiende, sin embargo. Villegas había desafectado a Ramiro Vaca, estaba en Sao Paulo como invitado, y lo reintegró por la lesión de Ramallo; y ayer jugó. Roberto Fernández, elogiado por propios y extraños tras el partido frente a Francia, alternó toda la semana entre los titulares, y no lo puso ni un minuto...
Leo Vaca fue el único que hizo entrar en acción al arquero Alisson, con un remate débil. Para Villegas fue culpa de los brasileños que no permiten que los ataquen porque “son perfectos”, puede ser, pero también es cierto que la selección boliviana no tiene la convicción ni la rebeldía para buscar el arco contrario. 
Fue un mal inicio en la Copa. Bolivia dejó poco espacio a la ilusión por su falta de argumentos y el temor a jugar un poco más lejos de su arco. Defendiendo no consigue nada, quizá atacando un poco más pueda lograr algo. Será cuestión de intentarlo.

domingo, 25 de marzo de 2018

LOS MUCHACHOS DE ANTES USABAN GOMINA

Traje oscuro, remera blanca, zapatos negros y el cabello bien peinado con gomina, o  gel, cera...vaya uno a saber, qué importa. Así llegó Erwin Sánchez, impecable, a la presentación como nuevo entrenador de Blooming. 
Es el mismo Sánchez del 2015, aquel que dejó Blooming para dirigir al Boavista de Portugal, pero distinto, con una invalorable segunda experiencia europea como director técnico por todo lo que puede enriquecer el Viejo Mundo con un fútbol de avanzada. 
Es el Platini que destacó en la Tahuichi, deslumbró en Destroyers, pasó por Bolívar, triunfo en Europa con Boavista, Benfica y Estoril, aquel que volvió para dar sus últimas clases en cancha con Oriente Petrolero; aunque hoy como entrenador, con la sapiencia que dan la vida y la experiencia que aportan los años.
El hombre de pocas palabras y pasión por el fútbol que decide dejar la tranquilidad de sus actividades en el campo para regresar a la caótica vorágine que ofrece el controvertido fútbol boliviano, y retornar a un club que rema contra la corriente afanado en llegar a la orilla, aferrado a su equipo profesional, para evitar el naufragio institucional.
Platini Sánchez aceptó el desafío que le ofreció la dirigencia de la academia motivado por el reto de llevar adelante un proyecto que necesita de ideas claras, liderazgo, trabajo serio y resultados a corto plazo. 
Tras ser presentado, el flamante entrenador celeste se acercó al plantel de jugadores que entrenaba en la sede bluminista bajo el mando de Roly Paniagua, quien pasará a ser uno de sus colaboradores más cercanos. El saludo protocolar con muchos jugadores que no conocía se rompió cuando le tocó darle la mano al emblema y líder del plantel, Joselito Vaca, un viejo conocido con el que rápido bromeó y habló de manera distendida. 
¿Con que se encuentra? Con un plantel con variantes defensivas, pocas alternativas en el mediocampo, delanteros a los que les cuesta hacer goles, y el apoyo incondicional de una hinchada que lo tiene como a uno de preferidos. 
Sánchez estuvo un rato en el campo de entrenamiento, luego se despidió porque asumirá el lunes, tras el encuentro de hoy entre Blooming y The Strongest, en el cual será uno de los espectadores en las graderías del Tahuichi Aguilera. 
Así como llegó, se fue. A paso firme y ese estilo poco común. Es que Platini es de los cracks de antes, de aquellos tiempos en los que al momento de salir a la cancha, se dejaba la melena al viento, aunque después recurrían a un fijador para no perder la elegancia.

viernes, 2 de febrero de 2018

POCA LOGICA Y LINDOS GOLES


La primera fecha del Torneo Apertura se alejó de toda lógica futbolera y dejó resultados inesperados. Fue una jornada de muchos goles, marcadores inusuales y espectaculares conquistas. 
Bolívar, que apunta al tricampeonato, se mostró ambicioso y contundente de entrada y vapuleó a Wilstermann. El equipo del brasileño Vinicius Eutropio, con varios retornos (Quiñonez, Callejón, Arrascaita, Saavedra y Villarroel) y el debut de Smedberg, fue acomodando el encuentro a su favor a punta de goles, en una tarde efectiva del argentino Riquelme, que comandó la ofensiva ante un desconcertado e improductivo equipo cochabambino, que incluso falló un penal (Pochi Chávez) que pudo igualar el resultado en la primera media hora.  
Royal Pari, de estreno absoluto en el fútbol profesional, sorprendió a Blooming, igualándole un partido que al momento de irse al descanso perdía por dos goles (autogol de Loras y otro de Picante Pereyra) y una diferencia futbolística similar, ya que los celestes se imponían con autoridad ante un debutante que empezó timorato y respetuoso. 
Todo cambió en el complemento. Blooming retornó adormecido y pagó un alto precio por ello. El brasileño Anderson Gonzaga sacó un golazo de su repertorio (bombazo de zurda desde 40 metros) que cambió el rumbo del partido. El tanto aturdió a los celestes, hizo crecer al benjamín, llenó de confianza a todo su equipo, entre ellos al debutante argentino Milano, que clavó en un ángulo un tiro libre para dejar el partido 2-2. 
Aurora, que retornaba a la División Profesional después de cuatro años en el ascenso, se hizo fuerte en Sacaba y venció a un The Strongest que incorporó varios jugadores y aún no encuentra la forma de juego que pretende el argentino Carlos Ischia. Con guapeza y el golero colombiano Martínez invulnerable, se impuso por 2-0. B
Nacional Potosí arrancó triunfante en Oruro porque fue efectivo de entrada con un gol de Pérez, que aprovechó un error defensivo local, supo aguantar los embates de San José tras el golazo del empate transitorio de Dado Torrico, y desniveló cercal al final con un zapatazo de su solitario atacante Velasco.  
Sport Boys y Guabirá se tuvieron que conformar en un aguerrido duelo disputado en Warnes. El dominio fue de los azucareros, pero los locales batallaron, se pusieron en ventaja con gol del paraguayo Velázquez. Cuando expiraba el partido, otro guaraní, Chávez, le dio la igualdad a Guabirá. 
El miércoles pasado, en cotejo reprogramado, Real Potosí y Universitario no se dieron tregua e igualaron 4 a 4 en la Villa Imperial.
Queda pendiente el lance entre Destroyers y Oriente Petrolero, suspendido por lluvia.