martes, 13 de enero de 2015

Adiós, Cata

Cata-Roque-847x350El fútbol perdió a Walter “Cata” Roque, un hombre que le dedicó su vida y toda su sapiencia con pasión y humildad.
Cata murió hace un par de semanas en Venezuela, su tierra adoptiva, donde se afincó por mucho tiempo tras dejar su Uruguay natal.
Vivió en Bolivia casi una década, antes regresar a Venezuela. Acá hizo mucho pero se lo valoró poco.
Realizó una campaña espectacular con Oriente Petrolero en la Copa Libertadores de América, en 1988, dejando afuera a Bolívar, a Olimpia y Cerro Porteño de Paraguay y Colo Colo de Chile.
Sacó campeón boliviano a San José de Oruro por primera vez, en 1995, rompiendo la hegemonía de los equipos grandes en el fútbol nacional.
Después de la proeza con el “santo” orureño, consiguió el retorno de Blooming a la Liga, al lograr el ascenso en 1996.
Dio una mano cuando se lo pidieron los dirigentes y dirigió a la selección boliviana de mayores y juveniles, sacándolos de aprietos.
Fue un señor entrenador y una gran persona, de carácter fuerte. Un hombre de fútbol que dejaba enseñanzas en cada charla llena de ricas anécdotas.
Tenía mucho para contar: Jugó en la selección uruguaya (campeón sudamericano en 1956), militó en el Atlanta argentino de Osvaldo Zubeldía, los primos Mario y Timoteo Griguol, del Loco Gatti y el goleador Artime; dirigió el famoso Peñarol; jugó en Colombia, entrenó a montón de equipos en Venezuela y Bolivia; entrenó a Venezuela, pasó por la selección boliviana e integró el cuerpo técnico del seleccionado charrúa.
Exigente al máximo. “Que te perdone tu madre porque yo no te perdono”, le respondió a un jugador cuando este fue pedirle disculpas por un error que provocó un gol en contra y la derrota de su equipo.
Respetuoso de los rivales. “Los partidos hay que jugarlos”, señalaba una y otra vez en la previa de los encuentros.
Ocurrente. “Esa pelota parece que tiene un conejo adentro”, decía cuando, en un partido, la pelota iba de un lado a otro, rebotando, sin que nadie se apiade de ella.
Cata, un hombre de fútbol, pero sobre todo un gran tipo. Hasta siempre, maestro.