Blooming se recuperó del mal inicio en el torneo venciendo
a Universitario (4-2), con el aporte fundamental de uno de sus pocos refuerzos,
el atacante argentino César “Picante” Pereyra, autor de dos goles y gestor de
otros tantos.
Pereyra le alivió la jornada a la Academia con su
oportunismo y experiencia, gestando y convirtiendo un penal, apareciendo oportunamente
en la zona de definición, sirviendo un pase de gol y cerrando el partido con un
golazo.
El argentino ayudó solucionar un problema vital que tenía
que ver con la falta de definición y a disimular otros, como la floja tarea de recuperación
de pelota en el mediocampo y los desajustes defensivos.
Universitario, con Quintana como punta de lanza, lo tenía
mal a Blooming. Le empató transitoriamente el partido y estaba a punto de ganárselo,
hasta que apareció en toda su dimensión Pereyra.
Con Picante arriba, y su movilidad, los volantes de creación
tienen una opción de pase permanente, algo que no ocurre con Guerreiro ni con
Salinas, las alternativas de ataque.
Ricardo Lunari insiste en el medio con una fórmula que no
funciona, la de Alemán y Sejas, una dupla sin oficio en la contención que
complica la tarea de una defensa insegura. El ingreso del argentino Vidal (autor
de un gran pase para el cuarto gol –golazo- de Pereyra) mejoró el
funcionamiento en ese sector.
En la zaga, Duarte y Hurtado fueron los puntos flacos. El
brasileño se mostró nervioso y cometió muchas faltas innecesarias (¿no le llegó
el turno a Ortiz, que acabó bien el torneo pasado y además le libera un cupo de
extranjero?), en tanto que Hurtado tampoco estuvo firme y se fue expulsado.
Este Blooming se pareció al que cayó sin excusas ante Sport
Boys, en la primera fecha, la diferencia radicó en la presencia del Picante
Pereyra. Esta vez logró que el árbol tape el bosque.