El amistoso con Guatemala ratifica que pueden variar los nombres, pero el comportamiento futbolístico de Bolivia no se modifica, sigue siendo el mismo cada vez que le toca jugar de visitante o en campo neutral, como ocurrió el miércoles.
Tras un primer tiempo regular, la Selección nacional repitió errores defensivos, volvió a mostrarse como un equipo endeble e inofensivo, y terminó cayendo por 0-3, ante un rival de escasa jerarquía.
Erwin Sánchez decidió seguir observando jugadores, por eso citó a Jaime Robles, Rivero y José Luis Chávez, de Universitario, Carlos Lampe, de Guabirá - aunque éste no jugó-, y les brindó una nueva oportunidad a Hugo Suárez, de Real Potosí, Jaime Moreno, del DC United, y Mauricio Saucedo, de San José.
De los titulares más o menos habituales estuvieron Gatty Ribeiro, de Real Potosí, Luis Gutiérrez, de Oriente, y Joselito Vaca, de Blooming, y les dio continuidad a Joaquín Botero, de Bolívar, y Didí Torrico, de La Paz FC, quienes tuvieron un buen rendimiento en la victoria frente a Paraguay, por la eliminatoria.
Competir es siempre positivo, sin embargo, a esta altura, con la eliminatoria en plena disputa y dos partidos complicados a la vista (Ecuador y Brasil), ¿sirve seguir observando jugadores o es mejor consolidar una formación?
Me inclino por la segunda opción. Sánchez tendría que aprovechar el amistoso con Panamá, a disputarse el 20 de este mes, para armar el equipo y delinear su estrategia para las próximas salidas, y en ese grupo no pueden faltar Arias o Galarza, Raldes, Nacho García, Martins, y tampoco Jaime Moreno, lo más rescatable en el cotejo con Guatemala.
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