El fútbol mantiene vigentes valores fundamentales que hacen a la esencia de este juego, por ejemplo, el talento y la simplicidad, que continúan, a través del tiempo, imponiéndose a la fuerza y a lo complicado.
Asimismo, ha sido reivindicado, en esta temporada, el jugador de gran técnica, visión y habilidad, el otrora "10", armador, desequilibrante y vital en los equipos, hoy llamado enlace o enganche, que para muchos estaba en extinción y que para otros, menos visionarios por cierto, había pasado de moda.
También, vale destacar, que se ha vuelto a imponer el director técnico que se destaca por su conocimiento y experiencia, pero sobre todo por su sentido común y sencillez.
Tostao, aquel excepcional delantero campeón con Brasil en México 70, hoy columnista del diario O Povo, se refiere al tema. Repasemos lo que dice en su artículo titulado "Os pequenos gigantes".
Considera que los más eficientes profesionales, en todas las áreas, son los que ejecutan muy bien lo que es básico, de manera simple y que fue planeado.
El talento, según el ex futbolista, prevaleció con jugadores como el argentino Diego Conca, elegido el mejor futbolista de la temporada brasileña 2010, y sus coterráneos Montillo y D’Alessandro. (...) Conca fue la técnica y el alma de Fluminense. Bajito, tímido, se agiganta en la cancha.
Es, dice, el año de los bajitos. Además de Conca, Montillo y D’Alessandro, Messi, Xavi e Iniesta son candidatos al título de mejor del mundo 2010. (...) Messi es el mejor de todos.
Y la simplicidad a través de Muricy Ramalho, entrenador de Fluminense, campeón del Brasileirão.
Muricy se destacó nuevamente por hacer muy bien lo que es necesario que se haga. Sin poses, discursos rebuscados y sin querer ser mejor y más inteligente de lo que es. Muricy conoce profundamente lo esencial. No inventa ni confunde. Trabaja, observa, exige y ejecuta. Y además es transparente y correcto. Los jugadores perciben eso, le creen y se juegan por él.
Para ser un buen entrenador, según Tostao, no es necesario hacer teatrales charlas de motivación, algunas ridículas, como hacen varios otros técnicos.
¿Y por casa cómo andamos? Hay cada vez menos de esos jugadores talentosos que rompen esquemas, que ayudan a los equipos a jugar mejor y que contribuyen a solucionar problemas en la cancha. Es necesario buscarlos por todos lados y si no existen en casa, nativos, los clubes tendrían que hacer un esfuerzo económico y traerlos del exterior, como hace Brasil, nada menos que el país del fútbol.
Los entrenadores, a su turno, menos circo y más eficiencia. Tendrían que ser más exigentes con la estética del juego, con la técnica, preocuparse porque sus equipos jueguen un poco mejor. Deberían darle mayor importancia al jugador que al atleta, si, al fin y al cabo, la que tiene que correr más es la pelota.
* Ilustración tomada de gonzarodriguez.blogspot.com: Diego Conca.
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