Las lesiones, las suspensiones y, por último, un par de flojas actuaciones, obligaron a un cambio drástico que parecía imposible por esa costumbre que tienen algunos entrenadores de cambiar poco aunque las cosas vayan bastante mal.
El innovar o arriesgar no está en sus planes, sin embargo hay situaciones límites que obligan a tomar decisiones que no estaban en los planes por temor, por capricho, por cábala, por desconfianza o por lo que sea.
Y Bolivia se renovó con la veteranía de Galarza (36 años), la juventud de Valverde (21) y Jiménez (23), la madurez de Barba (27), debutantes en la zaga; la experiencia de Mojica (27), la vitalidad de Alcides Peña (23) y la vigencia de Martins (25).
Siete variantes, casi todas obligadas, en relación al equipo que perdió ante Chile. Con todas las dudas y temores a cuestas, hubo un equipo distinto en cancha. Solo mantuvo a Cristian Vargas (28), Walter Flores (33), Alejandro Chumacero (21) y Pablo Daniel Escobar (33).
Quinteros cambió el arquero porque la actuación de Vaca no había sido buena, tuvo que jugársela con una nueva zaga ante la lesión de Méndez, la suspensión de Rivero y la expulsión de Gutiérrez. Mojica cubrió el lugar del suspendido Campos y Peña jugó porque se lesionó Arce. Martins volvió porque es titular, además Pedriel no tuvo una buena tarde ante Chile.
Este partido, ante Paraguay, trajo una alegría y también una enseñanza: no hay que temerle al cambio. Mucho más si lo viejo conocido no nos da buenos resultados.
1 comentario:
El árbitro les robó el partido en el Bolivia-Chile.
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