SORPRESA Y MEDIA

¡Blooming ganó de visitante! Eso sí que es noticia. Mucho más si lo consigue en lugares como Potosí, donde suma cada vez que muere un obispo. Y anoche lo logró venciendo a Nacional.
Un gol madrugador de verdad (¡a los 30 segundos!), concretado por Limbert Méndez, fue suficiente para obtener un triunfo inesperado como necesario para el equipo celeste.
Es la segunda vez bajo el mando de Néstor Clausen que gana en la Villa Imperial. La primera fue en el certamen pasado, a Real Potosí. Y resulta curioso que sea bajo su mando que la academia saque buenos resultado allá, porque el argentino no es muy optimista cada vez que a su equipo le toca jugar en la altura.
Para algunos Booming ganó con un planteamiento “inteligente”, para otros logró su objetivo aferrado a la “táctica del murciélago”, casi colgado del travesaño, apoyado en la salvadora actuación del golero Galarza y en la diosa fortuna, porque Nacional marró un penal: Zenteno convirtió, lo hicieron repetir por invasión de área, y luego estrelló la pelota en un poste.
Lo cierto es que Blooming, de una u otra manera, se trajo tres puntos valiosos que lo ayudan a levantar cabeza, a zafar de la zona baja y a sumarse al lote de los de arriba.
Además, le da aire a Clausen para trabajar más tranquilo, porque, como se sabe, en el fútbol resultadista de hoy, el árbol tapa el bosque, o permite barrer la basura bajo la alfombra, es decir, un triunfo distrae la atención, es capaz de disimular lo mal que se está jugando.