Blooming no atraviesa un buen momento, dentro y fuera de la cancha, y se nota en este inicio de torneo, en el que acumula varias derrotas y apenas una victoria.
Nacional Potosí acentuó esta etapa crítica liquidándolo (2-0) en la Villa Imperial con la letal aparición del escorpión Mealla, que echó por tierra los planes defensivos del cuadro celeste.
Una floja respuesta de Candia en un pelotazo largo que buscaba a Mealla acabó por restarle valor a la repetida estrategia defensiva de Clausen en condición de visitante. Lo del zaguero resume el estado de ánimo de la academia.
Blooming tiene la cabeza en otra cosa, los dirigentes en las gestiones para recaudar dinero y los jugadores en lo que les adeuda el club. Todo tiene incidencia en la cancha, el incumplimiento y la preocupación distraen y las distracciones afectan en el rendimiento.
Clausen no hace notar en su rol de conductor, o si lo hace es en forma negativa, porque no consigue que los jugadores se aíslen del problema y tampoco ha logrado darle mayor solidez futbolística a su equipo.
Blooming está vulnerable, los problemas lo aquejan y le está costando salir del pozo. Si no cambia, pronto puede perder el tren en este campeonato.
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