martes, 9 de diciembre de 2008

NO MADURÓ NUNCA

Oriente se quedó verde, no maduró nunca y terminó siendo una decepción. Fue un equipo de muchos altibajos a lo largo de la temporada y también en los partidos, producto de la inmadurez e irregularidad de muchos de sus integrantes.
Pasó el año y Jashmani Campos nunca terminó de ser lo que parece que puede ser, Limberg Gutiérrez tampoco volvió a ser lo que un día fue y se espera que sea, y aquellos que llegaron como refuerzos no le dieron el plus que se aguarda de ellos.
Todo ocurrió a cuentagotas, unos cuantos destellos de calidad de Campos que acabaron siendo simples espejismos, un par de apariciones de Limberg como lluvias pasajeras y una que otra actuación destacada de algunos de los extranjeros (Grabowski, Maraude, Aguirre) que no alcanzaron para que Oriente tenga consistencia futbolística.
Con Buenaventura Ferreira al frente, Oriente tuvo una buena primera rueda en el Apertura, luego se fue desdibujando por el bajón de varios jugadores, las lesiones de unos y las expulsiones de otros que se dejaron llevar por la ansiedad de ganar, generada por dirigentes e hinchas ávidos de éxito.
Se produjo una crisis en pleno campeonato. A mitad de año se le fueron algunas de las incorporaciones realizadas a inicios de temporada (los brasileños Alexandre y Robson, y Sucha Suárez) y tampoco pudo conseguir buenos refuerzos. Por ejemplo, Itacaré no le aportó nada en ataque.
Tucho Antelo reemplazó a Ferreira pero tampoco logró cambiar la historia. Oriente quedó al margen de la segunda fase en el Clausura, en el Play Off fue eliminado por Blooming y luego no pudo superar la ronda de perdedores.
A Oriente lo consumió la ansiedad de ganar de su nuevo directorio, pero tampoco tuvo solidez futbolística para alimentar sus sueños de éxito porque se equivocó en varias de sus incorporaciones.

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