Blooming se acercó a un punto de Oriente, aprovechando una seguidilla de triunfos y un par de traspiés de los albiverdes, y ahora los dos tienen chances de pelear por el segundo lugar. ¿Por qué no por el primero? Porque Universitario, el líder absoluto, se alejó en la tabla, y tendría que perder por lo menos la mitad de sus partidos para darles posibilidades a ambos equipos.
Al margen de ello, está el duelo aparte, el que provoca pasiones en los cruceños, el que genera entusiasmo hasta en los neutrales y hace que el estadio esté casi siempre repleto en estas ocasiones.
Oriente contará con todos sus titulares en esta oportunidad, incluido Limberg Gutiérrez, que no estuvo en el anterior clásico y mantiene un litigio con la directiva de su ex club, por haberlos acusado de maniobrar para favorecer a su equipo y perjudicar a otros, este caso, el cuadro refinero.
Condimentos nunca le faltan, es verdad. Desde los duelos entre Leo Fernández y Tucho Antelo, pasando por las polémicas por las incorporaciones de Lorgio Álvarez y Raúl Justiniano a Oriente sin autorización previa de Blooming, los carteles celestes del “Campeón de verdad” en alusión a su último título y el ganado en mesa por los albiverdes.
Así es el fútbol y, por ende, el clásico cruceño. Lo importante es que siga siendo una fiesta disfrutada por gente civilizada, y no un feudo de los violentos.
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