La llegada de Víctor Hugo Antelo a Oriente Petrolero, en reemplazo del paraguayo Buenaventura Ferreira, no tuvo el cambio de ambiente, de actitud y de juego que esperan los directivos albiverdes.
Con Tucho, Oriente jugó dos partidos, ante Real Mamoré y Blooming, y de los seis puntos apenas logró uno, en Trinidad, y complicó su clasificación a la siguiente fase del torneo Clausura, al distanciarse de Aurora, que conserva el segundo lugar.
Es cierto que el entrenador asumió hace poco, sin embargo, ayer no se notó ningún indicio positivo, al contrario, el equipo refinero estuvo más desorientado que en otras ocasiones, careció de actitud y aptitud.
Los jugadores tampoco lo ayudan a Antelo, ya que sólo Sergio Galarza estuvo a la altura de las circunstancias, el resto dejó mucho que desear. Pobre reaparición de Luis Gutiérrez en una zaga insegura, intrascendentes Limberg Gutiérrez, Campos y Aguirre en el mediocampo, y floja labor de los atacantes Maraude Y Peña, lo mismo que el brasileño Itacaré, que ingresó en la segunda etapa.
Los dirigentes de Oriente están preocupados con los arbitrajes (ayer no querían que dirija Juan Carlos Paniagua, a quien recusaron) porque consideran que los perjudican. Sin embargo, pareciera que el problema es otro, que tiene que ver más con el equipo que con los árbitros. Los resultados están a la vista.
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