domingo, 30 de noviembre de 2008

COLOR DA ROSA

El 4 a 2 de San José a Oriente Petrolero, es un buen resultado para los orureños pero no tan malo para los cruceños. El contrasentido tiene sentido por el famoso plus del gol de visitante, que le da vida al perdedor.
Ganar es clave, es cierto, sin embargo, hay que tener en cuenta lo goles que te convirtieron. Por eso se puede decir que es como mirar el vaso que tiene agua hasta la mitad, para unos estará medio lleno y para otros medio vacío. Para los "santos", haber ganado y tener dos goles de ventaja los pone en situación de privilegio, en tanto que para los albiverdes, no es nada del otro mundo convertir dos goles como local. Por eso, ambos ven el panorama color de rosa.
Ayer, Oriente estaba para el nocaut y sacó una mano salvadora segundos antes que suene la campana que pondría fin al duelo, y continúa con vida. Porque el cabezazo de Hoyos en el último minuto de descuento , fue eso, un golpe (¿de suerte?) que lo dejó con posibilidades para el lance de vuelta. El 1-4 hubiese sido casi lapidario, el 2-4 es diferente, deja una ventana abierta a la ilusión.
San José lo tenía contra las cuerdas, lastimado, sin embargo, cometió el peor de los pecados, se confió y recibió un gancho al hígado que lo dejó tocado para la revancha.
Alex Da Rosa, que en Oruro es Pelé, fue la clave del triunfo del local (como casi todo el año) en el estadio Jesús Bermúdez. El brasileño marcó la diferencia con su capacidad de definición (un remate prodigioso) en un equipo lento, sin funcionamiento definido y con una defensa que es menos sólida que una gelatina.
Oriente se desmoronó en el segundo tiempo, tras una primera etapa aceptable, en la que Limberg Gutiérrez fue el más criterioso (y autor del gol albiverde). Le pudo ir peor. Menos mal que apareció el Colorado Hoyos.

*Foto La Patria

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