Blooming, justo Blooming, al que Oriente, en realidad sus hinchas (¿y dirigentes?), pretenden endilgarle a toda costa el mote de "gallina" por una supuesta falta de temperamento, fue quien le sacó el triunfo del bolsillo con el temple de aquellos que se ven heridos en su amor propio y pelean en la adversidad hasta el final.
Fue nada menos que Blooming el que esta vez apeló al Factor H, lo que el vulgo tribunero llama "huevos", para sobreponerse al 1-3 en un partido que se le complicó por un par de yerros defensivos, pero no se quedó en eso, sino que le sumó juego al huevo, desde el talento de Joselito Vaca, el brasileño Vieira y el tahuichi Sabja, y se llevó por delante a Oriente hasta igualar el partido 3-3.
Blooming se había mostrado siempre más sólido y compacto que Oriente, sin embargo, a causa de un par de "siestas" de sus defensores en pleno partido y los chispazos individuales de Jhasmani (¿al final cómo se escribe?) Campos, todo se le hizo cuesta arriba. A eso hay que agregarle que perdió al Gato Fernández, por expulsión, obligando a una variante de campo (salió Andia) cuando había descontado y buscaba la igualdad, y quedó otra vez dos goles abajo porque Aguirre anotó el penal que le cometió el arquero a Campos.
Después de diez minutos de interrupción por discusiones y peleas a raíz del aleteo de Aguirre (que le costó la expulsión) haciendo alusión a lo de "gallinas"en el festejo del 3-1, Blooming se fue a la carga sobre Oriente, lo metió en su área y terminó igualando el marcador, con dos goles de Vieira, en un cuarto de hora en el que sacó a flote su orgullo y sus reservas futbolísticas.
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