viernes, 4 de diciembre de 2009

EL REGRESO DEL DIABLO ROJO

Guabirá otra vez en la Liga. Volvió donde debería estar siempre, por su historia, por su popularidad, por la pasión de sus hinchas, y porque es uno de los clubes fundadores de esta entidad futbolística.
Se había marchado hace poco, nada más que un año, y regresó rápido, como el que añora su lugar en el mundo. Se rehízo de los errores cometidos en la pasada temporada, armó con paciencia un cuadro competitivo para la categoría y consiguió el ascenso.
Pero la felicidad de los montereños tuvo momentos de sufrimiento. Fue en los dos últimos partidos ante Ciclón. Guabirá ganó el partido de ida con un gol agónico, de manera dramática, en el último minuto, y ayer perdió pero lo salvó la desgracia ajena.
A un par de minutos del final del partido, Ciclón vencía y obligaba a un encuentro extra para definir el ascenso a la Liga. Pero sucedió algo inesperado en un estadio IV Centenario que era como una olla a presión por el nerviosismo, la tensión, la ansiedad y la euforia de todos quienes lo habitaban en ese momento.

El DT de los chapacos, Mario Rolando Ortega, presa del nerviosismo, cometió un error reglamentario imperdonable: incluyó un quinto extranjero (al argentino Palombizio), cuando el Reglamento sólo permite cuatro foráneos en cancha.

Los montereños agradecen a Dios y también al diablo, que parece ser tan hincha de los rojos del Norte como cualquier montereño, que metió la cola en el momento justo y cambió la historia. El 2-3 perdió todo valor, Guabirá ganará el partido en mesa, de manera legítima, y obtendrá el triunfo que le devolverá su lugar en la Liga como campeón de la Copa Simón Bolívar.

Guabirá está otra vez en casa, como el hijo pródigo que comete errores pero siempre vuelve.

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