Que te perdone tu madre porque yo no te perdono. Así respondió alguna vez el entrenador uruguayo Walter Cata Roque, cuando uno de sus jugadores le pidió disculpas por un error que le costó la derrota a Oriente Petrolero, equipo al que dirigía.
Al director técnico tarijeño Mario Rolando Ortega le pasó algo parecido que a aquel futbolista albiverde. Nadie le perdonó el craso error que cometió ayer y le costará el partido a Ciclón ante Guabirá, nada menos que por el ascenso a la Liga.
Ciclón perderá en mesa pese a haber ganado en cancha porque el entrenador, por desconocimiento del Reglamento, omisión grave, olvido, distracción a lo que fuere, incluyó a un quinto extranjero, cuando sólo están permitidos cuatro foráneos en cancha.
Ortega fue despedido ipso facto, después del encuentro disputado en el estadio IV Centenario de Tarija.
Ahora Ciclón, como subcampeón dela Copa Simón Bolívar, tendrá que enfrentar a Wilstermann en partidos correspondientes al descenso indirecto por un lugar en la Liga del Fútbol Profesional.
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