Se deshizo de Aurora, un rival menos exigente de lo esperado, con un rendimiento aceptable, demasiado tibio en el primer tiempo pero más intenso en el complemento.
Dos taponazos abrieron y liquidaron el encuentro. Primero fue el colombiano Valdés con un derechazo inatajable, de tiro libre, en la primera parte, el que perforó el arco visitante, y luego el argentino Sacripanti, en el segundo tiempo, en una sorpresiva aparición en el área.
Blooming dejó una mejor impresión que el torneo pasado. La zaga coordinó mejor sus movimientos (más allá de algunas pifias), el mediocampo tuvo mayor control de pelota y el ataque un poco más de movimiento.
Sin embargo, le faltó intensidad en el juego, mayor convicción para llevar adelante sus intenciones y determinación para imponerse en el medio campo, especialmente en el primer tiempo. En el complemento tuvo mayor decisión y aseguró el triunfo.
Para empezar, no está mal. Necesitaba ganar para recuperar la confianza perdida y lo logró. El miércoles, ante Mamoré, tendrá que poner segunda, si quiere seguir avanzando.
* Foto diario El Deber.
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