Blooming quedó al margen del Torneo de Invierno ayer, al ser eliminado por Wilstermann en la ronda de perdedores. Fue el broche a un semestre para el olvido, en el que más suman las derrotas que los triunfos.
La Academia fue de mal en peor en estos seis meses. No pudo ganar ninguno de los cuatro torneos en los que compitió. Es más, en tres acabó participando en la rueda de equipos perdedores y ni ahí pudo lograr algo.
Salió último en el grupo A del Torneo Apertura, con 3 partidos ganados, 2 empatados y 7 perdidos. En el grupo de perdedores ganó 6, empató 1 y perdió 3. Y en el Torneo de Invierno se impuso en 2 y fue derrotado en 2.
En consecuencia, disputó 26 encuentros, de los cuales ganó 11, empató 3 y perdió 12 compromisos.
Si tomamos en cuenta la Copa AeroSur, en la que la academia ganó dos partidos, empató dos y perdió otros tantos, fue eliminado primero por Bolívar en la ronda de ganadores y por Aurora en la de perdedores, el saldo es más negativo aún.
Todo empeora si incluimos la pobrísima campaña en la Copa Libertadores de América, certamen en el que apenas logró un punto.
Blooming necesita una renovación de su plantel de manera urgente si pretende revertir la situación. La mayoría de los refuerzos no rindieron por uno u otro motivo, y varios de los que quedan de la temporada pasada bajaron mucho su rendimiento.
De los refuerzos se salva José Alfredo Castillo, que volvió a la ruta del gol. El resto está en deuda o simplemente fracasó. De la vieja guardia se puede rescatar al brasileño Luiz Carlos Vieira, pese a sus intermitencias.
Los celestes requieren un arquero que le brinde mayor seguridad, un zaguero central con oficio, un lateral más, por lo menos dos volantes (uno de creación y otro de equilibrio), y un atacante.
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