Esta vez, el plantel no es parte del conflicto. Lo que le está sentando mal es el entorno, pese a que se encuentra lejos del país y entrenando en un predio en las afueras de Buenos Aires.
Inicialmente fueron los problemas administrativos que impidieron la llegada a tiempo de la indumentaria de entrenamientos, afectando en cierta manera el trabajo del plantel en una época invernal que exige ropa adecuada para combatir la lluvia y el frío.
El material fue retenido en la Aduana de la Paz por no haber realizado los trámites de importación correctamente, y es más, con una seria acusación contra personeros de la Federación Boliviana de Fútbol de haber intentado evadir impuestos al declarar menos cantidad del material deportivo que ingresaban al país desde Perú.
Luego, el revuelo innecesario realizado por algunos responsables de programas deportivos nacionales en relación a la atención a la prensa brindada por el entrenador del seleccionado boliviano, denunciando "discriminación y favoritismo".
El celo de algunos periodistas por querer tener siempre ciertos favoritismos no les permite aceptar la igualdad de oportunidades, y la "mala praxis" de otros por pretender sacar ventaja perjudicando al colega, considerado en este caso una especie de enemigo, es de vieja data, lamentablemente.
Muchos continúan con la misma mala costumbre sin darse cuenta de lo negativo que es para la imagen del periodista. Por lo general critican y dictan cátedra, (en realidad, intentan...) pero se olvidan de predicar con el ejemplo. Pero, al parecer, la ética es una palabra que no existe en su diccionario.
Ambos problemas, el de la indumentaria y la cobertura periodística, se ahondan por falta de comunicación. No cuesta nada que alguien se encargue de que todo quede claro. De esa manera, el seleccionado podrá vivir en paz. La FBF debería tenerlo en cuenta.
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