jueves, 29 de noviembre de 2012

CHAU FLACO, GRACIAS POR TODO

Frey, CobasMurió el flaco Erwin Frey. Se fue una buena persona, un gran arquero, un personaje de la época romántica del fútbol cruceño y un referente de  toda la vida para Blooming.
Fue uno de los pocos futbolistas que abarcó tres décadas. Arrancó en el arco de la academia siendo casi un niño, a los 15 años, a fines de los 50, codeándose con próceres celestes como Eduardo Higazzi, Teco Rojas, Chichi Velarde, Tito Paz, Roly y Chino Aguilera. Y fue campeón en 1958.
En los 60, el Flaco fue alma y vida de un Blooming que transitó un largo período de inestabilidad. Estuvo siempre ahí, defendiendo a su equipo en las buenas y las malas. Aportó toda su sabiduría bajo los tres palos en la conquista de tres títulos:1960, 1963 y 1968.
Después le puso el pecho a la época fea que arrancó a fines de esa década y se alargó por un lustro. Se fracturó el antebrazo por evitar un gol ante Oriente (Petrolero a secas, entonces), arriesgando ante el argentino Silvio Rojas. El día que el clásico empezó a ser más clásico por culpa de ese accidente.
Se perdió un tiempo por culpa de la lesión y Blooming sufrió por ello durante su ausencia. Volvió a jugar y tuvo su premio. Fue uno de los arqueros de la selección boliviana que asistió a la Minicopa o Copa Independencia que organizó Brasil en 1972. Destacó en el empate de Bolivia ante la entonces poderosa Yugoslavia 1 a 1.
Se fue a Real Santa Cruz un  tiempito, en 1974, y retornó un par de años más tarde como abanderado de un club que crecía y apuntaba a cosas mayores. Le puso el hombro, como siempre. Fue su capitán y líder en el inicio de la Liga de Fútbol Profesional.
Creció su figura hasta convertirse en ídolo de la hinchada celeste. Fue el primer jugador al que los hinchas le empezaron a cantar en la tribuna, cuando las barras bravas no existían y un grupo de muchachos empezaba a cambiar la manera de alentar.
El “Amadeo, Amadeo…” bajaba desde se Preferencia entonado por un grupito de estudiantes que retornaron de Argentina. El nombre de Amadeo Carrizo (gran arquero argentino, de River Plate) con el que lo homenajeaban era muestra de admiración y gratitud.
En 1979 se retiró, obligado por la actitud ingrata del club al que le brindó todo. Dio su vuelta olímpica en un clásico con Oriente Petrolero. Por lo menos el marco fue el ideal para despedir a un jugador de su talla. Blooming no lo trató como merecía ser tratado, como se debe tratar a los ídolos, porque Frey fue eso para una generación.
Frey fue un adelantado para la época. Era un arquero que manejaba muy bien la pelota con los pies. En los entrenamientos, dejaba el arco y se mezclaba como jugador. Mientras sus colegas no abandonaban los tres palos, el caminaba el área, salía a descolgar pelotas lejos del arco, achicaba espacios….
Tenía mucha técnica, don de mando, personalidad y carisma. Lo vi jugar desde muy chico. La primera vez fue ante La Bélgica, en una fecha doble, en el invierno del 68, luciendo un buzo blanco con frisa, que se usaban entonces. Y lo conocí de grande, gracias al periodismo. Era un crack, un apasionado por el fútbol.
Fue un gusto verlo jugar y conocerlo, Hasta siempre, Flaco.

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