Blooming arranca una nueva etapa después de una temporada
llena de problemas y dificultades para cumplir sus compromisos económicos con
el plantel.
Cambió de entrenador. Se fue Mauricio Soria y lo reemplaza
el argentino Ricardo Lunari. Lo de Soria fue aceptable, al dirigir un equipo
con limitaciones por falta de recambio y muchos problemas institucionales. Lo
dejó en el quinto lugar.
Lunari tiene buenos antecedentes de su época de futbolista,
pero un pobre pasado como entrenador, no por falta de oportunidades, sino
porque en todos lados le fue mal. El último equipo que dirigió fue Millonarios
de Colombia.
El nuevo DT, que tiene el desafío personal de cambiar su
propia historia, llega a un Blooming que sufrió mucho por su falta de solvencia
en el mediocampo, sus limitaciones ofensivas y escasez de gol.
Lo llamativo en el inicio de esta nueva etapa, es que
Blooming estaría a punto de negociar a uno de sus valores más destacados y de
mayor futuro, el mediocampista Kevin Farell, pretendido por The Strongest.
Si se concreta la transferencia, la academia perdería una
pieza importante en un sector endeble. Algo contradictorio con los planes de
armar un equipo competitivo que intente llegar a un torneo internacional.
Pero la falta de dinero provoca estragos en Blooming. Hace
un tiempo debió negociar a la apurada a dos juveniles valores como Farell, a
Moisés Villarroel y Leonardo Vaca, hoy en Bolívar y Sport Boys,
respectivamente, para recaudar algo de plata.
Los celestes prescindieron del lateral Juan Carlos Zampiery
y el delantero Gustavo Pinedo, por bajo rendimiento. Antes había rescindido
contrato el mediocampista David Distefano (firmó en Gimnasia de Jujuy), por
desacuerdos con Mauricio Soria.
El argentino Marcelo Vidal estuvo a punto de irse, pero se
quedaría a la espera de un poco más de chances. Retornó Cristian Arano, un buen
mediocampista al que Soria no tuvo en cuenta.
Blooming vuelve a empezar, obligado a cambiar su deteriorada imagen institucional y futbolística.