Bolivia tiene un gran problema, sale a
defenderse y siempre termina perdiendo. No tiene cualidades ni oficio para
hacerlo. Colectiva e individualmente es frágil en ese aspecto y termina siendo
vulnerable.
Se agrupa, se mete atrás, sale poco de su zona
defensiva, sin embargo le llegan por todos lados; es superada con la pelota al
piso y en el juego aéreo; por eso Lampe es casi siempre el más activo y de los más
destacados en el cuadro nacional.
A Eduardo Villegas le gusta que sus equipos se
agrupen y sorprendan saliendo con decisión y sorpresa, por eso es considerado
un entrenador defensivo en nuestro medio. Sin embargo, esa fórmula le dio
resultado en el país y salió campeón muchas veces, es el técnico con más títulos
en su haber.
En la selección boliviana no le funciona como
en sus equipos. No ganó ninguno de los partidos que disputó. Empató con la débil
Nicaragua y perdió ante Corea del Sur, Japón, Francia y Brasil.
En casi todos los partidos la pasó mal,
incluso con los nicaragüenses en el Chapare, Bolivia perdía por dos goles y empató
realizando un gran esfuerzo. Después, coreanos, japoneses, franceses y
brasileños no la golearon de milagro.
Villegas reconoce que para ganar hay que
arriesgar, pero en la cancha no se ha visto una selección boliviana que tenga
la convicción de atacar cuando las condiciones se le permitan, tampoco se nota rebeldía
para sobreponerse al asedio rival ni un plan para lastimar cuando está en
aprietos.
El discurso del entrenador y las declaraciones
de los jugadores no coinciden, por un lado él habla de ser ofensivos, profundos
en ataque, que el equipo debe soltarse y sus dirigidos dicen que se refugian
porque eso es lo que les pide el cuerpo técnico. Villegas no es claro en su
propuesta o los dirigidos no le entienden lo que pretende.
Tampoco ayuda la elección de jugadores,
especialmente en el mediocampo, muchos de ellos lentos en el traslado, sin
capacidad para el ida y vuelta, en un fútbol donde la dinámica es clave para
disputar el partido en distintos sectores del campo y no solo en zona
defensiva.
Perú es el rival de turno. Saldrá a ganar, seguramente, para poder clasificar, tras el empate ante Venezuela. Es una selección con variantes y cambio de ritmo, sin el peso de Brasil pero con recursos ofensivos.
Perú es el rival de turno. Saldrá a ganar, seguramente, para poder clasificar, tras el empate ante Venezuela. Es una selección con variantes y cambio de ritmo, sin el peso de Brasil pero con recursos ofensivos.
Bolivia también está obligada a vencer si
pretende seguir en carrera en la Copa América, para ello tendrá que pensar un
poco más en el arco contrario. Vamos a ver si tiene un plan para atacar, y si
este es mejor que la estrategia que tiene para defenderse.
Para cambiar la historia del futbol boliviano,
la meta que tiene Villegas, habrá que perder el miedo y mostrar ambición.
Metiéndose todo el tiempo atrás y defendiéndose mal, la historia se seguirá
repitiendo.