Erwin Sánchez decidió incorporar a su cuerpo técnico a un "motivador", el portugués Ricardo Silva, quien trabajó con él en el Boavista lusitano, donde el entrenador del seleccionado boliviano fue jugador y posteriormente director técnico.
Silva es considerado un experto en técnicas de comportamiento deportivo y sostuvo que aceptó la invitación porque le gusta "trabajar con campeones" y que considera que los encuentros ante Perú y Uruguay por las eliminatorias, hay que encararlos con esa mentalidad y actitud.
En el anterior post nos referimos a la mística del seleccionado del 69 y la necesidad de que el equipo de Sánchez tenga un similar potencial anímico. Justamente ello tiene que ver con los aspectos a los que apuntan tanto "Platiní" Sánchez como el portugués Silva: autoestima, convicción y temperamento.
La Selección boliviana necesita crecer en el aspecto futbolístico (técnico-táctico-estratégico) pero también requiere de una mentalidad más fuerte, por lo tanto, la decisión del entrenador es acertada.
En su momento Xabier Azkargorta realizó algo similar a lo que hará Silva, y le fue muy bien.
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