La Selección boliviana no pudo redondear una semana feliz. Empezó muy bien, superando con claridad a Perú en el estadio Hernando Siles. Sin embargo, la alegría duró poco, porque horas más tarde cedió dos puntos como local al empatar con Uruguay. De estar cerca de meterse en la zona del repechaje, quedó nuevamente con el panorama en contra.
Bolivia mejoró futbolisticamente en los últimos partidos, mostró orden, tuvo una actitud positiva, recuperó a sus goleadores, y algunos que forman parte del recambio, respondieron favorablemente. Por eso hubo elogios por el primer tiempo en la derrota con Ecuador, en el histórico empate frente a Brasil, en el triunfo sobre Perú y la primera parte con Uruguay.
El problema del equipo boliviano es que no consigue mantener su solidez durante todo el encuentro. Con Ecuador decayó totalmente en la segunda parte y perdió, con Perú desmejoró en el complemente, pero Perú es tan débil en este momento que no supo aprovechar las ventajas que le otorgaron, en cambio Uruguay sí lo hizo.
Lo de Brasil fue una excepción, además Bolivia enfrentó a un equipo brasileño en su peor momento. Hoy el scratch es otra cosa, recuperó su poder de definición y no perdona.
La realidad es que Bolivia sigue siendo débil, continúa vulnerable y carece de inteligencia para darse cuenta lo que el partido le exige en determinado momento. Por ejemplo, el martes, si ingresó Abreu es porque Uruguay va a a jugar al "ollazo", por lo tanto había que tener cuidado con eso. Quién le amargó la vida? Abreu.
Hoy como ayer, a los rivales no les es necesario jugar bien para sacarle puntos.
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