A esta generación de dirigentes pareciera que nada les afecta, y que por ese motivo están cómodos con la seguidilla de fracasos del fútbol boliviano. No los conmueve nada, a diferencia de generaciones que los antecedieron y buscaron soluciones a los males.
Por ejemplo, hace treinta y tres años, en 1977, se creó la Liga del Fútbol Profesional Boliviano a raíz del fracaso en la liguilla de Cali, Colombia, tras las derrotas de Bolivia ante Brasil (8-0) y Perú (5-0), por las eliminatorias del Mundial de Argentina 78.
Aquella vez se creyó que era necesario una "refundación" del fútbol como una salida al pésimo momento que vivió el seleccionado y a la falta de atractivo que empezaban a tener los torneos de asociaciones.
Hoy no les provoca nada el hecho de que la Selección nacional pierda casi siempre, de local y visitante, que ocupe el último o penúltimo lugar en las eliminatorias, que en la Copa América sea siempre eliminada en primera ronda, que los equipos nacionales sean vapuleados en la Copa Libertadores de América y la Copa Sudamericana.
Tampoco les mueve un pelo que las asociaciones de fútbol estén languideciendo por la falta de atractivo e incentivos de sus campeonatos, por la escasa competencia, por la falta de medidas que ayuden a potenciar sus clubes, que apenas jueguen cuatro o cinco meses al año.
Asimismo, al parecer les interesa muy poco que las divisiones menores, en la mayoría de los casos, carezcan de atención, que no tengan un campeonato competitivo que los ayude a progresar.
Quizá por eso no se escuchan voces de dirigentes que se refieran a la gran crisis que vive el fútbol boliviano, y como para ellos todo es caus de "nuestra realidad", tampoco se los escucha hablar de los remedios a los males.
1 comentario:
Así es Jaime, parece que no les importa nada. Se repite la historia, década tras década. habría que reformar el refrán y decir: pasan los dirigentes, quedan los fracasos
Roberto Aguirre
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