Hay que estar loco...o ser Sebastián Washington Abreu para hacer lo que hizo el delantero uruguayo, emulando a Zinedine Zidane y a Antonín Panenka, en la definición por penales ante Ghana que le otorgó a Uruguay el pase a semifinales de la Copa del Mundo.
Pero también que hay que ser muy valiente y sangre fría para picar la pelota en el último penal de la serie definitiva como lo hizo el Loco Abreu, un momento tan decisivo y trascendente en el que los charrúas estaban a punto de hacer historia o volverse a casa derrotados.
Y Abreu lo hizo, repitiendo lo que realizado por Zidane en el Mundial anterior en la final frente a Italia y lo hecho por el Checoslovaco Panenka en la Eurocopa de 1976 ante Alemania. Hoy Uruguay repite la campaña del Mundial de México 70, llegando a semifinales después de cuarenta años, tras 120 minutos durísimos y dramáticos.
Uruguay pasó del infierno a la gloria en minutos. De la angustia por el penal y la expulsión de Luis Suárez en el último minuto del alargue, marrado finalmente por Gyan, a la euforia tras la locura de Abreu. Así es el fútbol.
Para los celestes, la historia continúa. El final es una incógnita.
* Foto Goal.com
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