España está haciendo historia en la Copa del Mundo con el fútbol que la convirtió de animador a gran protagonista, primero en Europa y ahora en el planeta, y que tiene su fundamento en la esencia del juego: la pelota.
Siendo fiel al estilo que le impuso Luis Aragonés y que continúa Vicente del Bosque, que nada tiene que ver la otrora famosa furia española, el seleccionado ibérico dejó en el camino nada menos que a la sorprendente Alemania, favorita para triunfar en este encuentro e incluso para ganar el Mundial de Sudáfrica.
Pero España hizo trizas los pronósticos ocultándole la pelota a Alemania. La manejó como sabe hacerlo, con criterio, seguridad y sentido común. Xavi Hernández e Iniesta, los abanderados de este estilo, la pusieron bajo la suela y adormecieron a la poderosa selección teutona que había arrollado a Argentina.
España mandó en el partido del principio a fin con ese fútbol que la caracteriza, con el temple de Puyol, la prestancia de Piqué, la sapiencia de Xavi Hernández e Iniesta, la picardía de Pedro y la inteligencia del goleador Villa.
Ganó el partido siendo fiel a su juego de toque y manejo criterioso de la pelota, pero rubricó el triunfo con un gol de otros tiempos, con Puyol entrando hecho un toro al área para meter el cabezazo rompe redes que la instaló en la final, como para contentar a aquellos que extrañan la vieja furia española.
Nunca había llegado tan lejos, pero esta historia continúa y España tiene aún mucho para dar. Al fin y al cabo, es el dueño de la pelota.
* Foto de www.co.terra.com
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