A la academia no le sobra nada en cuanto a plantel, tanto en calidad como en cantidad, y encima se suman las ausencias obligadas por enfermedad, lesión o suspensión, provocándole un problema mayor a Néstor Clausen a la hora de armar su equipo titular.
La lista aumenta cada día: Vassoler, Baroni, Rivero, Ortiz, Sánchez, Barboza, Verduguez, Valdés, Melgar. El que no está descartado, está en duda. Solo unos cuantos están en óptimas condiciones.
Con ese panorama nada alentador, Blooming tendrá que recibir a Bolívar este domingo, luego tendrá que alistar maletas nuevamente porque tras visitar a Guabirá deberá viajar a Oruro y Potosí para enfrentar a San José y Nacional.
A su retorno del interior, deberá medirse, nada más y nada menos, que con Oriente Petrolero, en una nueva versión del clásico cruceño.
Pero al Negro Clausen no le preocupan tanto las bajas ni el rol de partidos como el riesgo de que el conformismo invada a sus dirigidos. Que a raíz de la destacada campaña realizada hasta la fecha, producto de buenos resultados obtenidos de visitante, el plantel afloje, se “aburguese”, no mantenga la misma actitud positiva en este tramo decisivo del torneo.
Clausen, un hombre con experiencia como jugador y entrenador, trata de combatir los males que aquejan y los peligros que rondan a su equipo, tratando de unir cada día más al grupo de jugadores, para convertirlo en un grupo solidario y fuerte mentalmente, en pos de un objetivo común.
Así está Blooming, con problemas pero con buen ánimo por el hecho de mantenerse en la punta contra viento y marea. Si supera este tramo con presagios de tormenta podrá llegar a buen puerto.
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