Pero Blooming casi se queda sin nada cuando parecía tenerlo todo para hacer cartón lleno, o sea, título y copas a la vez. Se complicó la vida al caer inesperadamente de local frente a
En Cochabamba pareció tocar fondo por la falta de ambición y sustento anímico para ganar un partido que era fundamental y que se le presentó favorable de entrada, con un gol tempranero de Boyero y la expulsión de un jugador rival (Sossa). Se desinfló de a poco y perdió dejando una pobre imagen. En resumen, no mostró la actitud de un equipo con deseos de ser campeón.
El domingo, ante San José, no encontró el rumbo hasta el tramo final del encuentro. Cuando todo parecía que el resultado sería un empate que le liquidaba toda aspiración copera, Morales y Maximiliano Blanco, dos de los más rescatables en otra tarde-noche para el olvido, se vistieron de caudillos y con un par de “guapeadas” le devolvieron la vida. Morales se proyectó con decisión y le dio un gran pase a Dimas que terminó en el gol de Boyero, y Blanco quitó una pelota en su campo, cruzó la media cancha, y clavó la pelota lejos del golero “santo” con remate de, aproximadamente, treinta y cinco metros.
Así, con el factor H como elemento vital, “con huevos” según la traducción a la jerga tribunera, Blooming ganó y está nuevamente en la pelea. Debe ganarle a
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