viernes, 28 de octubre de 2016

EL PARTIDO MÀS DIFÌCIL



Blooming afronta una nueva prueba complicada en su vida. Tuvo otras, pero quizá esta sea la más crítica, porque si se equivoca en el camino a seguir, difícilmente tenga otra oportunidad de ser una institución con un patrimonio que sustente su grandeza.
Fue, a lo largo de su historia, un club de ciclos, de buenos y malos momentos, que marcaron una vida contradictoria; de determinaciones imaginativas y transgresoras, como la búsqueda de una alianza estratégicas para ser solvente, de ahí lo de “Transportista” entre 1970 y 1972; pero también de decisiones incomprensibles, como quedarse sin nada, unos años más tarde, al desprenderse del valioso predio que tenía en la zona del hotel Los Tajibos.
Después, fiel a sí mismo, volvió a sorprender, adquiriendo los terrenos de su actual sede, orgullo propio y envidia de muchos, que hoy es una bendición y una tortura a la vez, porque divide y es parte de una disputa que lo tiene al borde del descalabro. (¿Venderán, poco, mucho o nada?)
Quién creería que, en su momento, allá por los años sesenta, algunos llamaban a Blooming “los millonarios”, quizá porque muchos de sus dirigentes, allegados y seguidores eran de familias “acomodadas”, apelativo que en la actualidad no tiene nada que ver con su realidad institucional.
Fueron épocas en las que alcanzó la gloria disfrutando títulos locales y nacionales que le dieron renombre, pero en las que también recibió golpes duros, como lo fueron los descensos en el asociacionismo y la Liga. Hoy está más cerca de las desilusiones que de las alegrías, con deudas que lo tienen sin vida.
Si algo tuvo Blooming, siempre, fue ingenio y fortaleza para salir adelante en los momentos más difíciles, gracias a la capacidad, unidad y liderazgo de dirigentes a los cuales sólo les interesaba el bienestar de su club.
Pero las cosas cambian. Los que lo manejaron en los últimos años, lo dividieron y lo pusieron al borde de la quiebra, por mezquindades e intereses y personales, dando lugar, sin darse cuenta, a un peligroso escenario de violencia.
En un ambiente de guerra, de enfrentamientos, división y egoísmos, sin paz ni tranquilidad, como el que impera en este momento en la interna de la Academia, será muy difícil que encontren la solución adecuada y definitiva a los males que la aquejan.
Hoy, en otro momento clave de su historia, Blooming extraña a esa gente, aquella que transformó un entusiasmo juvenil en un club popular e importante, para gambetear este nuevo obstáculo que les presenta la vida, con imaginación y valentía.