domingo, 25 de marzo de 2018

LOS MUCHACHOS DE ANTES USABAN GOMINA

Traje oscuro, remera blanca, zapatos negros y el cabello bien peinado con gomina, o  gel, cera...vaya uno a saber, qué importa. Así llegó Erwin Sánchez, impecable, a la presentación como nuevo entrenador de Blooming. 
Es el mismo Sánchez del 2015, aquel que dejó Blooming para dirigir al Boavista de Portugal, pero distinto, con una invalorable segunda experiencia europea como director técnico por todo lo que puede enriquecer el Viejo Mundo con un fútbol de avanzada. 
Es el Platini que destacó en la Tahuichi, deslumbró en Destroyers, pasó por Bolívar, triunfo en Europa con Boavista, Benfica y Estoril, aquel que volvió para dar sus últimas clases en cancha con Oriente Petrolero; aunque hoy como entrenador, con la sapiencia que dan la vida y la experiencia que aportan los años.
El hombre de pocas palabras y pasión por el fútbol que decide dejar la tranquilidad de sus actividades en el campo para regresar a la caótica vorágine que ofrece el controvertido fútbol boliviano, y retornar a un club que rema contra la corriente afanado en llegar a la orilla, aferrado a su equipo profesional, para evitar el naufragio institucional.
Platini Sánchez aceptó el desafío que le ofreció la dirigencia de la academia motivado por el reto de llevar adelante un proyecto que necesita de ideas claras, liderazgo, trabajo serio y resultados a corto plazo. 
Tras ser presentado, el flamante entrenador celeste se acercó al plantel de jugadores que entrenaba en la sede bluminista bajo el mando de Roly Paniagua, quien pasará a ser uno de sus colaboradores más cercanos. El saludo protocolar con muchos jugadores que no conocía se rompió cuando le tocó darle la mano al emblema y líder del plantel, Joselito Vaca, un viejo conocido con el que rápido bromeó y habló de manera distendida. 
¿Con que se encuentra? Con un plantel con variantes defensivas, pocas alternativas en el mediocampo, delanteros a los que les cuesta hacer goles, y el apoyo incondicional de una hinchada que lo tiene como a uno de preferidos. 
Sánchez estuvo un rato en el campo de entrenamiento, luego se despidió porque asumirá el lunes, tras el encuentro de hoy entre Blooming y The Strongest, en el cual será uno de los espectadores en las graderías del Tahuichi Aguilera. 
Así como llegó, se fue. A paso firme y ese estilo poco común. Es que Platini es de los cracks de antes, de aquellos tiempos en los que al momento de salir a la cancha, se dejaba la melena al viento, aunque después recurrían a un fijador para no perder la elegancia.