Blooming arrancó con todo. Acelerando a fondo. Sorprendiendo. Lo hizo desde el primer minuto, cuando Ackerman quedó solo en el área de Oriente y desperdició una gran ocasión para empezar ganando de entrada, casi desde el vestuario.
Pero no sería la única vez que Blooming sorprendería a Oriente en el partido. Lo hizo minutos más tarde en un tiro de esquina, con jugada preparada: anticipo de Alvarez, devolución a Gómez, centro pasado del capitán, Imperiale que la devuelve al corazón del área chica y Juan Carlos Sánchez se disfrazó de su homónimo, el gran goleador formoseño, y anotó de zurda, ahí donde merodean los artilleros de oficio.
Después, sacó el manual del contragolpe perfecto para golpear duro. Otra vez Gómez como gestor de la jugada. Pelotazo abierto para Ackerman, que mató la pelota con el pie y se sacó la marca de Fassi sobre la izquierda. Lo vio al Viejo Sillero que entraba por derecha y le metió el pase justo, preciso. Y el debutante definió con la serenidad necesaria ante el apremio de Schiapparelli. Go-la-zo.
Y por último, lo madrugó en el segundo tiempo. Otro pelotazo para Ackerman, esta vez abierto por derecha. Volvió a dejar fuera de acción a Fassi y cuando todo el mundo pensaba que metería la pelota al corazón del área, la jugó hacia atrás para la entrada de Chávez, que sacó un zurdazo cruzado. Una puñalada que hacía casi imposible una remontada.
Oriente desangrado por el vértigo de los celestes y su inseguridad defensiva, recuperó un poco de aliento con el penal anotado por Joselito. Pero no fue suficiente para darle vida a un equipo herido de muerte. El primer clásico cruceño de la Copa AeroSur ya tenía dueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario