Blooming regaló la primera etapa y después le faltó tiempo para empatarle a Bolívar en el Hernando Siles, anoche. Demasiado hándicap en un escenario donde es muy difícil dar vuelta resultados.
La Academia cruceña se replegó de entrada, esperó mucho y muy atrás, le obsequió casi todo el terreno a su homónima paceña, que copó tres cuartos de cancha y jugó a placer sin mucha oposición en la zona donde habitualmente se gesta el juego.
Abdón Reyes, un problema para los cruceños en el lateral izquierdo por su velocidad y habilidad, fue la llave para abrir una defensa vulnerable por los costados. En una de sus incursiones, el chapaco enganchó hacia el medio, como hace siempre, y sacó un derechazo inatajable, que se coló en un ángulo.
Blooming, con un equipo distinto al de los clásicos en los que eliminó a Oriente, por las nueve variantes que realizó Copo Andrada, tenía un accionar lento e inseguro (Andia y Robles perdían todas las pelotas en la salida), como aquel que recién aprendió a caminar. Por eso apenas si cruzaba la media cancha y en ataque no existía (Castillo era un elemento decorativo).
Bolívar a sus anchas, queda dicho, jugaba en campo contrario. Otra arremetida del chapaco Reyes y llegó el segundo tanto. Esta vez el tarijeño hizo lo que no hace nunca, llegó hasta el fondo y mandó un centro, perfecto, al primer palo, que conectó el uruguayo Ferreira.
En el segundo tiempo, Blooming jugó más suelto y salió más de su cueva. Esto incomodó a Bolívar que fue perdiendo la línea y a mostrar las falencias que tiene atrás y en el mediocampo.
Cuando Andrada decidió incluir a Sillero en lugar de un Castillo inoperante, en la recta final, Blooming se puso a tiro de empate. El argentino hizo un golazo y fue un incordio para la zaga bolivarista.
Con un poco de osadía pudo haber sido otra la historia de esta semifinal de la Copa AeroSur, pero Blooming especuló y Bolívar sacó ventaja.
* Foto Jornada.
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