viernes, 26 de febrero de 2010

ENTRE EL AMOR Y EL ODIO

El fútbol unas veces une y otras divide. Ayer, dividió a los hinchas de Blooming a la hora de buscar responsables de la derrota ante Lanús y de la vergonzosa participación de su equipo en la Copa Libertadores de América. Algunos culpan al técnico Víctor Hugo Andrada y otros a los jugadores.
El grupo que responsabiliza a Andrada se ubica en la parte principal de preferencia, algunos de ellos en el sector de butacas, es reducido pero cercano a la directiva del club celeste, incluso algunos de ellos formarían parte del directorio.
Ante la falta de respuestas en la cancha y cuando el papelón era cada vez más evidente, putearon a Copo Andrada y le pidieron que renuncie. Hubo un hecho que colmó la poca paciencia existente en ese momento, fue la sorpresiva e inexplicable sustitución del brasileño Luiz Carlos Vieira, que era el mejor de Blooming. Los hinchas despidieron con aplausos al futbolista y dispararon artillería pesada en contra del entrenador.

Sin embargo, Andrada cuenta con el apoyo de un sector de la barra brava, grupo que se dividió en dos partes hace tiempo. Uno de ellos, muy numeroso, se ubica en la curva de Oriente cuando la Academia juega de local. Esos hinchas están con el DT (en plena goleada coreaban su apodo "copiiiito, copiiiito" y "Andrada no se va") y responsabilizan del papelón a los jugadores, a los que a través de los cánticos les pedían "que pongan huevos" y "que se vayan todos, que no quede nadie...".
La directiva de Blooming no se manifestó, empero es innegable que existe preocupación por lo mal que juega su equipo y el inconformismo empieza a crecer, tanto como las dudas respecto al futuro en el certamen liguero que arranca el domingo próximo. Asimismo, la decepción es enorme porque esperaban optimistas la Copa Libertadores.
Creo que los directivos están más cerca del grupo que los rodea en la tribuna que de los de la barra brava. O sea, que consideran que Blooming puede dar más y que si no juega bien no es sólo culpa de los jugadores, por lo tanto Andrada camina en la cuerda floja.

* Foto El Día.

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