Dos de esos cuatro encuentros los tiene que jugar en la altura, donde siempre le cuesta un montón lograr buenos resultados, y ante adversarios a los que no les gana casi nunca de visitante: Bolívar de La Paz y San José de Oruro. Los dos cotejos restantes los jugará de local, frente a Universitario y Real Potosí, respectivamente.
En cuestión de nueve o diez días, del 21 de noviembre al 30 de este mes o al 1 de diciembre (depende si termina jugando sábado o domingo), tiene que ir primero a la sede de Gobierno (domingo), retornar a Santa Cruz (miércoles), viajar a la capital de Pagador (sábado o domingo) y regresar a casa (miércoles o jueves).
¿Qué hace Blooming para afrontar sus duras pruebas en la Paz y Oruro? Nada nuevo. Entrena como de costumbre, como si la aclimatación fuera una cuestión menor, sin tener en cuenta que en esta ocasión está obligado a ganar, ya que los decorosos empates no le servirán de nada porque comparte el último lugar con San José, a cuatro puntos del cuarto, que es Bolívar.
Como gran cosa disputó anoche un amistoso ante The Strongest, que ganó 2-0. “Fue positivo porque ensayamos un esquema ofensivo”, dijo Edgardo Malvestiti.
Es como pretender escalar los nevados del Sajama (6542 m.s.n.m) y el Illimani (6.462 mts) y prepararse en las Lomas de Arena.
Blooming pudo aprovechar mejor las dos semanas a disposición por el receso obligado por las Eliminatorias del Mundial 2014, realizando, por ejemplo, un periodo de aclimatación en Cochabamba, Sucre, La Paz, o, por último, en Samaipata, para estar mejor preparado para los dos partidos fundamentales que tiene de visitante ante Bolívar y San José.
Los celestes necesitan estar preparados tácticamente, es cierto, pero de nada les servirá esto si no lo están físicamente y, sobre todo, sicológicamente, para jugar en la altura. Se sabe de sobra. Por algo los seleccionados realizan periodos de adaptación dos semanas antes de sus compromisos en La Paz.
Oriente lo hizo en su momento, primero en Cochabamba y luego en Sucre, con buenos réditos. El costo económico es alto, seguramente, pero no le queda otra que arriesgar para tratar de evitar un fracaso inminente que afectará en todo sentido a la academia.
El propio Blooming también, en la década de los 80, cuando lo dirigía don Raúl Pino, quien hizo quedar en la Paz a algunos jugadores que entrenaban con la Selección nacional (Terrazas, Castillo, Silvio Rojas…) para prepararlos a orillas del lago Titicaca, mientras el resto trabajaba en Santa Cruz, para afrontar un cotejo clave ante Municipal. La Academia logró su objetivo obteniendo un buen resultado en el estadio de Tembladerani.
En esta oportunidad, si pierde ante Bolívar, estará eliminado y sus recaudaciones como local serán pobres, porque a nadie les interesarán sus encuentros con Universitario y Real Potosí, y agravará su situación económica
El que no arriesga, no gana. Y Blooming no lo está haciendo pese a que se juega la vida en estos partidos. Por eso tiene todas las de perder en este momento difícil, en el que está al borde de un nuevo fracaso.
1 comentario:
Qué se puede esperar de la peor dirigencia de todos los tiempos de mi club, váyanse por favor tropa de pícaros.
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