martes, 1 de noviembre de 2011

EL PROBLEMA ESTÁ EN LA CANCHA

Los números de Blooming están en baja. Tras su consagración en el torneo Clausura de 2009, viene de decepción en decepción. Ahora está a punto de quedar eliminado del torneo Apertura y sumar otro fracaso. 
Durante 2010, fue sexto en una serie de seis en el torneo Apertura, quedó segundo en la ronda de perdedores y no obtuvo ningún premio; en los Play off fue eliminado en segunda ronda, y en el Clausura terminó en el sexto lugar.
En el torneo Adecuación que se jugó en el primer semestre de esta temporada compartió el cuarto puesto con The Strongest pero quedó relegado al quinto por diferencia de goles.
Tampoco le ha ido bien en las últimas versiones de la Copa AeroSur.
De enero de 2010 a la fecha disputó 78 partidos, de los cuales la academia ganó 33, empató 11 y perdió 34 encuentros. Convirtió 110 goles y le anotaron 108, con un promedio de poco más de un gol por cotejo. 
Cambió cuatro entrenadores en ese lapso tiempo y las cosas no mejoran. Víctor Hugo Andrada, que lo consagró campeón hace dos años, dejó su cargo en marzo del año pasado por los malos resultados. Asumió Carlos Aragonés, artífice del bicampeonato celeste en 98 y 99, pero tampoco pudo enderezar el rumbo y renunció a fines de 2010.
El argentino Fernando "Teté" Quiroz llegó en noviembre del año pasado y se fue hace un par de meses sin conseguir los resultados esperados. Asumió Edgardo Malvestiti y nada cambió.
Los números no mienten. Indican que Blooming ganó poco y perdió mucho para un equipo grande con aspiraciones, que anotó pocos goles y recibió muchos, que tuvo un ataque casi inofensivo y una defensa vulnerable, y en ambas cosas es corresponsable el mediocampo, encargado de darle equilibrio a un equipo.
El problema, entonces, está dentro de la cancha y no fuera de ella. Por eso, no hay entrenador que le venga bien.

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