La situación del Tigre es mucho más complicada que la de la academia, porque a su pobre campaña en el Clausura se suma la decepción por no haber capitalizado su condición de local ante Internacional de Porto Alegre en la Copa Libertadores de América.
El sábado no pudo con San José, apenas pudo empatar pese a que empezó ganando, igualó con mucho esfuerzo luego que los orureños remontaran el marcador y gracias a que el árbitro se hiciera el del otro viernes en el penal que Chumacero le cometió a Salinas, en la última jugada del partido.
Bolívar, por su parte, anda viento en popa en la Copa Libertadores, sin embargo, en el torneo local no logra sumar de a tres y por ello está rezagado en las posiciones.
Ayer, los celestes dejaron escapar una victoria que pudo ser goleada frente al sorprendente La Paz Fútbol Club, que no deja de sumar de local visitante hace varias fechas.
Bolívar dilapidó (¿por subestimar?) varias situaciones de gol, en algunos casos por falta de puntería, en otros porque los remates pegaron en los postes, y también por algún exceso de suficiencia.
Se puso en ventaja de penal, convertido por Jhasmani Campos, gol “histórico” para los que llevan estadísticas porque, según estos, fue el número 7.000 en el estadio Hernando Siles en la historia liguera (el primero lo hizo el brasileño Milton Teodoro Joana, para Wilstermann ante The Strongest, a los 30’, el 3 de noviembre de 1977).
La Paz FC, que incluso jugó con uno menos un buen tiempo por la expulsión de Mancilla (a los 25’), la pasó mal por momentos hasta que tuvo su chance y no perdonó. Obregón aprovechó una mala salida de Argüello y anotó el empate.
No hubo tiempo para más porque se jugaba el último minuto reglamentario. La Paz FC volvía a salirse con la suya.
Bolívar acabó masticando bronca porque apenas logró un punto pudiendo haber ganado y goleado.
* Foto diario Jornada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario