MOJICA, MAESTRO

Música, maestro. Oriente encontró en Mojica a su director de orquesta y se puso a tono en el torneo Clausura, con dos victorias seguidas que tuvieron al mediocampista como principal protagonista.

Mojica agarró la batuta y marca el compás de este grupo que intenta funcionar como una orquesta, aunque en ese trayecto tenga sus baches y desentone un poco porque está en pleno aprendizaje de la partitura que tiene como autor a Erwin Sánchez.

El entrenador fuera de la cancha y el volante adentro se encargan de que los solistas cumplan su rol de la mejor manera para que la melodía se escuche cada vez mejor. Las dos primeras presentaciones no estuvieron nada mal, triunfo en el clásico ante Blooming la semana pasada y victoria frente a Guabirá, ayer.

Aunque a Mojica le tocó desdoblar su tarea en estas presentaciones, porque además de dirigir tuvo que suplir una ausencia anunciada, la del goleador, que Oriente no tiene desde hace un tiempo.

Mojica sacó nuevamente de su repertorio la mejor versión de sus remates al arco desde media distancia y en dos apariciones se apoderó del show y alegró la tarde-noche de los orientistas que empiezan a creer y entusiasmarse con esta especie de Platiní Band.

Dos derechazos, un fuerte y al primer palo, y el otro, con similar potencia aunque un poco más colocado, muy al estilo René Domingo Taritolay, aquel recordado mediocampista argentino que dejó su impronta en la albiverde, definieron el partido.

Guabirá fue un convidado de piedra que simplemente observó lo que era capaz de hacer Oriente, fue casi un espectador de lujo, respetuoso, que no se atrevió a provocar alguna molesta interrupción en la actuación refinera.

Oriente quiere ser una orquesta y empezó los ensayos. Por lo menos ya consiguió quién se haga cargo de la batuta. Mojica, maestro, perdón música, maestro.