Guabirá volvió al triunfo cuando más lo necesita. Derrotó a Wilstermann en el encuentro de ida del descenso indirecto y aguarda la revancha con esa ventaja.
El rojo aviador tiene que ganar el cotejo de vuelta en Cochabamba por cualquier marcador para forzar a un partido extra de desempate porque la igualdad favorecería a la furia roja.
Hacía diecinueve fechas que Guabirá no conocía el triunfo. El último lo había logrado a principios de febrero ante Aurora, por la tercera fecha del Clausura. En realidad fue el único que conseguido en 22 fechas, de las cuales perdió 16 y empató 5.
El 2-0 llegó con los goles del argentino Alexis Bravo y del veloz Adrián Cuéllar, que ilusionaron con la permanencia en la Liga a los hinchas azucareros que asistieron a la Caldera del Diablo.
Guabirá tiene experiencia en estos duelos porque se vio involucrado en varias oportunidades, sin embargo todas las veces le fue mal.
En 1984, Destroyers le arrebató su lugar en la Liga en recordada definición a tiros penales.
En 2003, cayó nuevamente a los penales, esta vez frente a Real Santa Cruz, tras sendos empates: 1-1 y 2-2.
En 2005, Destroyers volvió a ser su verdugo en el indirecto.
En esta ocasión empezó con pie derecho, pero falta la revancha ante un Wilstermann que quiere volver a ser liguero, sí o sí.
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