Oriente no se da por vencido, sigue en la pelea, aferrado a la ilusión, empujado por los triunfos, como el de ayer ante Guabirá, vital, clave, necesario para seguir soñando con el título.
El que persevera triunfa, dicen. Y Oriente no ceja en su esfuerzo, y eso trae premios, gratificaciones, como son los triunfos en escenarios complicados como la Caldera del Diablo.
Y también se dice que a la suerte hay que ayudarla para que te favorezca. Y Oriente lo hace y se ve favorecido por ella. ¿O no es una suerte que aparezca (¡por fin!) Piero Alva en el momento menos esperado y le de el triunfo en un partido difícil?
Después de tantas decepciones, Alva, el goleador que Oriente fue a buscar a Perú y que acá no le acertaba ni al arco iris, dijo presente, aprovechando un error del golero azucarero para endulzar la vida de los albiverdes.
Oriente sigue de cerca a San José, a quien recibirá entre semana con la chance de frenar su avance hacia el título y disputárselo en la última fecha.
Por eso, el gol de Alva “vale un Perú”. O sea, mucho.
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