martes, 18 de junio de 2019

LLEGÓ LA HORA DE CAMBIAR

 
Bolivia tiene un gran problema, sale a defenderse y siempre termina perdiendo. No tiene cualidades ni oficio para hacerlo. Colectiva e individualmente es frágil en ese aspecto y termina siendo vulnerable.
Se agrupa, se mete atrás, sale poco de su zona defensiva, sin embargo le llegan por todos lados; es superada con la pelota al piso y en el juego aéreo; por eso Lampe es casi siempre el más activo y de los más destacados en el cuadro nacional.

A Eduardo Villegas le gusta que sus equipos se agrupen y sorprendan saliendo con decisión y sorpresa, por eso es considerado un entrenador defensivo en nuestro medio. Sin embargo, esa fórmula le dio resultado en el país y salió campeón muchas veces, es el técnico con más títulos en su haber.

En la selección boliviana no le funciona como en sus equipos. No ganó ninguno de los partidos que disputó. Empató con la débil Nicaragua y perdió ante Corea del Sur, Japón, Francia y Brasil.

En casi todos los partidos la pasó mal, incluso con los nicaragüenses en el Chapare, Bolivia perdía por dos goles y empató realizando un gran esfuerzo. Después, coreanos, japoneses, franceses y brasileños no la golearon de milagro.

Villegas reconoce que para ganar hay que arriesgar, pero en la cancha no se ha visto una selección boliviana que tenga la convicción de atacar cuando las condiciones se le permitan, tampoco se nota rebeldía para sobreponerse al asedio rival ni un plan para lastimar cuando está en aprietos.

El discurso del entrenador y las declaraciones de los jugadores no coinciden, por un lado él habla de ser ofensivos, profundos en ataque, que el equipo debe soltarse y sus dirigidos dicen que se refugian porque eso es lo que les pide el cuerpo técnico. Villegas no es claro en su propuesta o los dirigidos no le entienden lo que pretende.

Tampoco ayuda la elección de jugadores, especialmente en el mediocampo, muchos de ellos lentos en el traslado, sin capacidad para el ida y vuelta, en un fútbol donde la dinámica es clave para disputar el partido en distintos sectores del campo y no solo en zona defensiva.

Perú es el rival de turno. Saldrá a ganar, seguramente, para poder clasificar, tras el empate ante Venezuela. Es una selección con variantes y cambio de ritmo, sin el peso de Brasil pero con recursos ofensivos.

Bolivia también está obligada a vencer si pretende seguir en carrera en la Copa América, para ello tendrá que pensar un poco más en el arco contrario. Vamos a ver si tiene un plan para atacar, y si este es mejor que la estrategia que tiene para defenderse.

Para cambiar la historia del futbol boliviano, la meta que tiene Villegas, habrá que perder el miedo y mostrar ambición. Metiéndose todo el tiempo atrás y defendiéndose mal, la historia se seguirá repitiendo.

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