Víctor Hugo Andrada sacó a relucir una faceta que no se le conocía, en el momento menos oportuno.
En un gesto que roza la vanidad y que contrasta con su imagen de hombre sencillo, expresó su malestar en varios medios porque algunos dirigentes de Blooming no le reconocen sus méritos pese a que puede consagrarse campeón hoy.
Sus declaraciones sorprendieron y generaron un clima enrarecido a horas de la revancha final, provocando además la reacción de la dirigencia, que le llamó la atención por ventilar cosas que por lo general se resuelven "puertas adentro".
El presidente de Blooming, Pimpo Bendeck, concurrió a la sede social donde entrena el plantel para pedirle explicaciones a Andrada y lograr que el ambiente siga siendo de lo mejor en un momento tan importante.
Andrada tendría que estar tranquilo por lo hecho con un equipo que estaba casi desahuciado. Nadie puede negar su éxito. Y les está ganando por goleada a quienes no creían en él. Sin embargo, no puede pretender que a todos les guste cómo juega Blooming bajo su mando. Una cosa son los resultados y otra la estética del juego.
* Ilustración del sitio de Caloi.
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