sábado, 3 de octubre de 2009

DESPUÉS DE LA RESACA

Blooming tendrá que dar vuelta a la página si pretende un final inolvidable en esta temporada. Deberá ponerle fin a la fiesta que generó el haber eliminado a Oriente Petrolero y empezar a pensar seriamente en Bolívar.
El receso por las eliminatorias le cae bien a Víctor Hugo Andrada en este momento. Así podrá recuperar a sus lesionados y hacerles un lavado de cabeza a sus jugadores, desintoxicarlos de la euforia ganadora, ubicarlos en la realidad, mentalizarlos
y ayudarlos a reavivar el hambre de triunfo.
Después de una gran victoria viene un aflojamiento. Ese es el mayor riesgo que confronta la Academia tras su resonante triunfo ante Oriente. La euforia ganadora a la que hacemos referencia puede generar conformismo y hacer perder de vista el objetivo principal, que es el título.
Blooming no es más que Bolívar en este momento. Tampoco juega mejor que el cuadro paceño. Sin embargo, está en condiciones de ganarle. Para ello tendrá que recuperar la humildad, ser consciente de sus limitaciones, reconocer que no le sobra mucho en cuanto a juego, y confiar a muerte en sus armas.
Hoy está más para la lucha que para los lujos, para el fútbol de sacrificio que para el fútbol vistoso. Su historia seguramente le exige otro tipo de juego, pero su realidad es esta. Sin embargo, le alcanzó para llegar donde está.
Algo queda claro. A esta altura del campeonato, podrá faltarle fútbol, pero no le puede faltar ambición.

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