lunes, 8 de noviembre de 2010

ENTRENADORES, LA HISTORIA CONTINÚA

Después de las eliminatorias del Mundial de México 70 y la buena actuación del seleccionado nacional bajo el mando de Freddy Valda, arranca otra etapa.
El año 1972 se disputa en Brasil la Copa Independencia, llamada también Minicopa, y Bolivia asiste con un equipo entrenado por el cruceño Rubén Saldaña Barba, que llevó una mayoría de jugadores jóvenes, muchos de ellos del oriente y el chaco boliviano, que no eran tenidos muy en cuenta hasta entonces. "Pichicato" tendría otra chance años más tarde, en 1981.

Después de las cortas etapas cumplidas por Saldaña,Valda y Trigo, en 1977 es designado el paceño Wilfredo Camacho, capitán de la selección campeona en el 63. Realiza una gran campaña en la primera etapa de la eliminatoria para el Mundial de Argentina, eliminando a Uruguay y Venezuela. Sin embargo, fracasa en la liguilla de Cali unos meses más tarde: Bolivia recibe sendas goleadas de Brasil y Perú.
Empiezan los interinatos. Se hace cargo el preparador físico Isaac Álvarez hasta que es designado el alemán Edward Virba, para los encuentros del repechaje ante Hungría. Bolivia pierde los dos cotejos por 6-0 en Budapest y 3-2 en La Paz.
Ramiro Blacut, ex gran jugador, dirigió entre 1979 y 1981. Volvería en 1991 y en 2004. En ninguna de las etapas logró buenos resultados.
En 1983 tiene una nueva oportunidad Wilfredo Camacho para la Copa América, pero no consigue mejorar las cosas en el seleccionado.
En 1985 asume el extrovertido argentino Carlos Manuel "Chamaco" Rodríguez, quien dura apenas unos amistosos por malos resultados.
Ese año asume el chileno Raúl Pino para encarar las eliminatorias de México 86, que Bolivia disputa en Santa Cruz. El cuadro nacional no gana de local (iguala con Paraguay y pierde con Brasil) pero logra un empate de visitante ante Brasil.
En esta misma época llegó otro chileno, Luis "Locutín" Santibáñez, pero sólo dirigió un seleccionado preolímpico y no llegó a conducir la Selección mayor.
En 1987 es elegido el argentino Nito Osvaldo Veiga para la Copa América de Argentina, tras una buena labor en la selección que disputó el preolímpico de ese año, aunque luego los resultados tampoco fueron de los mejores.
En 1989 asume el también argentino Jorge Habegger, de gran labor en Bolívar. Bolivia estuvo a punto de clasificar al Mundial de Italia, quedó afuera por un gol de diferencia. Habegger retornó en 2001, para las eliminatorias, pero su gestión fue pésima esta vez.
En 1993 llegó el español Xavier Azkargorta, tras un nuevo paso efímero de Ramiro Blacut. La historia es por demás conocida. El vasco logró clasificar a Bolivia al Mundial de Estados Unidos 1994.
Antonio López, entrenador alterno de Azkargorta, asume en 1995 porque este último decidió no seguir al frente del seleccionado por cambios en la cúpula de la FBF. Tras una buena Copa América en Uruguay, López también decide marcharse, aunque retornaría casi un años después (1996/97).
El montenegrino Dusan Draskovic llega en 1995 luego de una gran tarea en Ecuador. Sin embargo, pese a un excelente comienzo, no logra realizar una buena campaña y es despedido. Después de él, retorna el español López.
En 1999 es contratado el argentino Héctor Rodolfo Veira, el popular "Bambino". No gozó nunca de la simpatía de los periodistas del interior, especialmente los paceños, porque decidió radicar en Santa Cruz. Bajo su mando, la Selección cumplió una regular actuación en la Copa América de Paraguay, tuvo un aceptable desempeño en la Copa Confederaciones de México, pero le fue mal en el Preolímpico de Brasil, y fue destituido ante la gran presión de un sector de los medios de comunicación.
A principios de 2000 asumió el yacuibeño Carlos Aragonés, exitoso entrenador en ese momento por los títulos logrados con Blooming y The Strongest, que además había sido capitán y figura de la Selección en décadas pasadas. El chaqueño llegó con el máximo apoyo, pero terminó renunciando un año más tarde porque le fue mal en la Copa América de Colombia. A muchos periodistas no les importó el hecho de haber asumido la riesgosa y necesaria tarea de renovar totalmente el plantel nacional, pidieron su cabeza, y los dirigentes les dieron el gusto.
Acá empezó una época de improvisaciones e interinatos. Retornó Habegger (2001) y duró poco. Se fue tras una goleada sin precedentes de Bolivia como local, en La Paz, ante Ecuador por 5-1, que provocó incluso una serie de dañinos rumores sobre la honestidad de los responsables del cuadro nacional.
Asumió Carlos Leonel Trucco (20001/2002), que fue quien más duró en esta etapa. Dirigió en el final de la eliminatoria y con él Bolivia empató a Perú en Lima y a Brasil en La Paz. Decidió renunciar tras un par de amistosos más porque no le garantizaban su continuidad en el cargo.

Después dirigió Vladimir Soria (2002), el uruguayo Walter Cata Roque (2003) y el argentino Dalcio Giovagnoli (2003). Cada uno entre uno o dos partidos.
En 2003 fue contratado el uruguayo chileno Nelson Acosta, que había clasificado a Chile al Mundial la eliminatoria anterior. Con Bolivia fracasó y lo echaron en plena competencia.
En 2004, reapareció Blacut como entrenador nacional para el resto de las eliminatorias y la Copa América de Perú. La actuación fue aceptable en la Copa (dos empates y una derrota) pero no duró en el cargo.
En 2005 asume el chaqueño Ovidio Messa Soruco, otra ex gran futbolista y ex seleccionado. Sustituye a Blacut para dirigir los siete encuentros que restan de las eliminatorias para el Mundial de Alemania 2006.
Erwin Sánchez, figura indiscutida del fútbol boliviano, llevó adelante el proceso entre 2006 y 2010, pero tampoco pudo cambiar la suerte del seleccionado nacional.
Eduardo Villegas fue el elegido, en noviembre de 2009, para la última etapa de la serie de interinatos que aparecen en la historia de nuestro fútbol. No le fue bien y quedó descartado como entrenador titular.
En 2010 llega al cargo el argentino boliviano Gustavo Quinteros. Pero esta historia recién empieza, por lo tanto, continuará...



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