Arrancó la versión invernal de la Copa AeroSur con un clásico paceño mediocre, en el que The Strongest que acertó al comienzo y festejó al final.
El equipo atigrado tuvo mejores intenciones a la hora de jugar, intentando asociarse para tratar de imponer condiciones, lo logró pocas veces, pero aún así, terminó dejando una mejor imagen en el estadio Félix Capriles.
Por momentos corrió mucho y pensó poco, le faltó un poco de pausa y menos aceleración, para de esa manera darle un mejor destino a la pelota. Cuando aplicó la fórmula de pausa y pase sin mucho apuro, llegó el buen gol de Chumacero que valió el triunfo.
Bolívar, por su parte, conservó la imagen de campeón deslucido que no consigue sacarse de encima, a raíz del excesivo individualismo de algunos de sus jugadores y la insistencia de pelotazos divididos.
Se entiende la falta de rodaje, sin embargo, lo que cuesta aceptar es la tendencia al "ponchazo", que deriva en una falta de pulcritud. Pareciera que al cuadro celeste le afecta una especie de libertinaje futbolístico que termina generando un caos. El problema es de concepto y tiene que ver, al parecer, con los gustos del entrenador.
Ambos equipos tuvieron debutantes. Ninguno pudo pasar el examen. En Bolívar, a Castillo le falta fútbol y al colombiano Córdoba habrá que verlo de nuevo. Tiene buen porte, es rápido pero un tanto individualista.
En The Strongest, el chileno Chamagol González sufrió la falta de asistencia, aunque también se lo notó que le faltan partidos, y Escobar estuvo lejos del jugador peligroso de otras épocas. También habrá que esperarlo un poco.Entre otras cosas negativas, la tendencia al juego brusco de Leonel Reyes, que recibió la tarjeta roja por un codazo alevoso a Lorgio Álvarez, y la mala intención de Flores, que debió ser expulsado por una acción similar en el primer tiempo, y no lo fue por la actitud contemplativa del árbitro Orozco, de deficiente labor.
Que la revancha tenga más altura, ya que esta vez, los paceños volaron bastante bajo.
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