viernes, 8 de julio de 2011

LA MANTA CORTA

Bolivia intentó ser más ofensiva, y lo fue, pero acabó desprotegiéndose un poco en su línea media y lo pagó caro, ya que le costó la derrota ante Costa Rica.
Por eso Gustavo Quinteros se la jugó sacando a Joselito a Vaca e incluir en su lugar a Juan Carlos Arce, ubicando a Edivaldo como volante por derecha y al Conejo como acompañante de Martins.
El equipo boliviano ganó en velocidad y un poco en profundidad, pero se debilitó en el mediocampo a la hora de obstruir y cortar el juego, no pudo mantenerse firme por la fragilidad de Campos y Edivaldo, y la inestabiilidad de Flores y Robles.
No era una idea descabellada la de Quinteros, prueba de ello es que Bolivia jugó mejor que Costa Rica el primer tiempo y en el comienzo del complemento, incluso tuvo la posibilidad de asegurar el partido, pero confrontó el problema de la falta de definición.
En el afán de ir al frente se descuidó en defensa, no realizó un buen escalonamiento defensivo para evitar la salida rápida del rival, que contaba con delanteros hábiles y veloces, uno en especial (Campbell), la encontaron mal parada y se vino el desmoronamiento defensivo.
Bolivia careció de precisión, agresividad y determinación, demorar un poco menos, cuando llegó a la zona de definición, y le faltó oficio e inteligencia en la zona de contención, en los momentos claves del encuentro.
Fue víctima de la manta corta... por cubrirse la cabeza se destapó los pies. Es decir, por buscar los goles en el arco contrario, los recibió en el propio. Así es el fútbol, muchas veces.

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