Argentina quedó en el camino, por lo tanto no podrá conquistar por decimoquinta vez la Copa América. Asimismo, no consiguió poner fin a su sequía de éxitos que se alargó a dieciocho años. El último logro se remonta a 1993, cuando se consagró en Ecuador.
Uruguay, en cambio, sí tiene la posibilidad de romper la paridad rioplatense de catorce títulos cada uno, como pudo desequilibrar la estadística, sumando un triunfo más a su haber en los duelos de este clásico sudamericano.
Los charrúas, que aguantaron con uno menos buena parte del encuentro y no bajaron la guardia en ningún momento pese a la presión de los argentinos, suman ahora catorce triunfos contra trece de los albicelestes, gracias a su victoria por penales.
Argentina cuenta con una constelación de estrellas, con Lionel Messi como la más grande y luminosa de ellas, sin embargo no pudo imponer su calidad porque no contó con un equipo que potencie a sus individualidades, quedando a expensas de lo que pudiesen hacer sus solistas.
Caso raro el de los argentinos. Tienen a los mejores jugadores del continente, especialmente de mediocampo hacia adelante, pero no eligen al entrenador más destacado para que dirija a su seleccionado.En otras épocas, era el entrenador del momento quien se hacía cargo del equipo albiceleste, al parecer, ahora no importan la trayectoria ni los méritos para dirigir a los anfitriones de la Copa América, y está pagando un precio alto por ello.
Uruguay, con su espíritu guerrero, se encargó de poner fin a la campaña de Argentina, que arrancó como gran candidato del torneo y terminó eliminada antes de tiempo a pesar de la categoría y el esfuerzo de Messi.
Otra vez, como desde hace un tiempo, para Argentina, la copa, se mira y no se toca.
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