Era previsible un partido así porque, lamentablemente, Blooming y Oriente son en este momento un remedo de otros equipos que generaban orgullo en sus hinchas por jerarquía individual y rendimiento colectivo.
Ambos carecen de un funcionamiento “aceitado” y una idea definida de juego, más Blooming que Oriente en este caso, ya que a los albiverdes lo que les afecta es la irregularidad de sus integrantes, los jugadores clave aparecen de a ratos.
Ayer, Oriente despertó en determinado momento de la segunda etapa después un primer tiempo en el que estuvo adormecido pero afortunado porque el gol de la apertura, logrado por Saucedo, fue un regalo de Verduguez. Con unos cuantos remates de fuera del área, el albiverde estuvo a punto de liquidar el partido: en uno de ellos Mojica estrelló la pelota en el travesaño, en otra obligó a Galarza a un buena intervención y después sacó un tiro que se fue apenas desviado por el segundo palo. Bejarano también exigió al golero celeste, que volvió a responder bien.
Ese momento propicio tuvo lugar cuando Mojica y compañía decidieron tocar la pelota, triangular, armar juego para romper el cerco del mediocampo, y buscar el resquicio en la zaga rival. De esa forma estuvo cerca al triunfo, pero duró poco.
Blooming, en cambio, no muestra una idea clara de lo que pretende en la cancha. Es como si estuviera librado a la iniciativa u ocurrencia de sus jugadores. Casi siempre apeló al pelotazo, tratando de aprovechar a Boyero y Bargas. Y, generoso el fútbol, le dio resultado porque por esa vía, entre ambos, armaron la jugada que les dio el empate, logrado por el franco-argentino, tras un mal rechazo de Hoyos.
Pese a todo, la academia también tuvo sus chances para ganar. Chávez y Bargas se perdieron el segundo gol en forma increíble, debajo del arco, un tiro libre del mismo Chávez que dio en el poste, y un cabezazo de Boyero despejado de la línea por los defensores albiverdes.
Oriente tuvo un ciclo favorable en el que pudo ganar y Blooming los suyos aunque en forma intermitente. Por lo tanto, el empate se ajusta a lo que sucedió en la cancha.
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