jueves, 15 de octubre de 2015

SUMA, RESTA y DIVISIÓN

Julio César Baldivieso no pasa ni pasará inadvertido como director técnico de la selección boliviana, más por su manera de ser que por los resultados que obtenga. Suma, resta y divide desde hace mucho tiempo.
Hay quienes lo apoyan incondicionalmente, pero también existen muchos que no están de acuerdo con él y lo desaprueban. Todo parte de la simpatía y antipatía que genera Baldivieso desde la época en la que era futbolista.
Baldivieso cuenta con apoyo mayoritario en el occidente boliviano, donde cautivó a la gente con su innegable carisma vistiendo la camiseta de Bolívar, Wilstermann y el seleccionado nacional.
La mayoría de sus detractores se encuentran en el Oriente, donde se ganó antipatías por actitudes y declaraciones desafiantes y, en cierta manera, arrogantes, tanto de futbolista como de entrenador, y por su postura "anti camba".
Su incontinencia verbal como director técnico boliviano potenció su condición de personaje polémico y dividió las aguas mucho más por su posición crítica tras su debut al frente del seleccionado.
A Baldivieso no le gustó la actuación en aquella goleada ante Argentina en Estados Unidos, partido que no estaba de acuerdo en jugar, y, sin ningún filtro, dijo lo que pensaba: criticó la falta de amor propio, el liderazgo del capitán del equipo (Ronald Raldes), el intercambio de camisetas luego la derrota y la indiferencia ante la caída.
Un Baldivieso auténtico. Frontal, sin pelos en la lengua, poco diplomático, polémico (¿liero?) y hasta vanidoso, porque se refirió al orgullo que mostraba él como futbolista cuando perdía un partido.
Sus declaraciones originaron la renuncia inmediata de Raldes y Marcelo Martins al seleccionado, y generaron críticas de futbolistas como Pablo Escobar y Romel Quiñonez, que ni siquiera había integrado la delegación. 
La actitud presuntuosa de los jugadores puso en jaque el proceso recién iniciado por el controvertido cochacabambino y le sumaron detractores.
Incluso algunos periodistas han tomado posición a raíz de la deserción de Raldes y Martins, y a partir de ahí, todo lo que hace Baldivieso es motivo de crítica, provocando una estéril disputa que lo único que hace es generar controversia y un ambiente negativo para el equipo boliviano.
Baldivieso atiza la disputa respondiendo a cualquier observación que le se realiza en los medios y se siente perseguido, incluso está convencido de que existe una conspiración "camba" en su contra.
Hace poco, Guido Loayza, presidente de Bolívar, abrió otro frente de batalla, al declarar que  el entrenador "vendía humo" por mostrarse optimista. Y, fiel a sí mismo, Baldivieso salió "al humo" a contestarle.
Mientras tanto, Bolivia sigue sumando frustraciones en el fútbol internacional. Derrota ante Uruguay y Ecuador que dejan a Bolivia mucho más lejos de Rusia, el anfitrión del próximo Mundial.
El escenario es de los peores para un seleccionado que es víctima de polémicas destructivas y, por si fuera poco, sufre otro tipo de problemas, casi ancestrales, como la desorganización.

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