Lo que se hereda no se hurta. Bolivia tuvo un inmejorable
comienzo en el Sudamericano Sub 20, conducida por muchachos que siguen la
huella de sus talentosos padres, que destacaron en el fútbol nacional.
Limberg Gutiérrez, Ronaldo Monteiro y Henry Vaca fueron
claves en el triunfo ante Perú por un indiscutible 2-0, que la ubica en situación
inmejorable tomando en cuenta la serie de empates que se registraron entre los
otros integrantes de su grupo.
Fue muy bueno lo de Limberg, el hijo del famoso Bomba -
apodo ganado por sus explosivos remates-, con su zurda rebosante de talento que
le dio claridad y profundidad a la ofensiva boliviana, apoyando y gestando
juego para sus compañeros.
También lució Monteiro, el hijo del conocido Edú, aquel brasileño
del fútbol cadencioso que hizo goles en muchos equipos nacionales. Ronaldo,
formado en la escuelita Quebracho de Villa Montes, contribuyó con un gol y despliegue
ofensivo.
Vaca, hijo de Henry, un hábil volante surgido en la Tahuichi,
y que milita en el O’Higgins de Chile, aportó con su despliegue y buen trato de
pelota mientras estuvo en la cancha.
A ellos se sumaron en este aporte vital para darle una alegría
al hincha Bolivia, el arquero Rubén Cordano y el atacante Bruno Miranda, que al
igual que Vaca, juega en el fútbol trasandino con la casaca de la U de Chile.
Fue una actuación destacada del equipo que conduce Marco
Sandy, con aspectos para resaltar, como el orden, la contundencia y eficacia de
los atacantes, la determinación de los jugadores y el talento de algunos de
ellos.
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