¿Quiénes eligieron a Tucho Antelo, en septiembre pasado, para sustituir a Buenaventura Ferreira como director técnico de Oriente Petrolero? Los dirigentes. ¿Por qué? Porque, supuestamente, el otrora gran goleador era el hombre ideal para enderezar el rumbo de un equipo condenado a un nuevo fracaso y, de paso, poner en vereda a algunos jugadores, tomando en cuenta su pasado albiverde, por haberlo sacado campeón y por su fama de "estricto, ofensivo y ganador".¿Quiénes lo echan a Tucho Antelo en la primera fecha del Torneo Apertura? Los mismos dirigentes. ¿Por qué? Al parecer, porque arma mal el equipo, porque (supuestamente, valga la redundancia), consideran que tiene una Ferrari y no sabe manejarla, chambonea; porque tiene mal carácter y reavivó viejas disputas con algunos jugadores (Aguirre, por ejemplo), porque de cuatro clásicos contra Blooming, perdió dos, apenas ganó uno (¿se cuenta la derrota en los shoot out?) y empató el restante (después de ir ganando dos a cero), y, por último, empezó el Apertura perdiendo en casa.
Los directivos lo habían elegido para armar un nuevo proyecto, incluso le delegaron la gran responsabilidad de conformar el plantel. Se fijaron en él conocedores de sus virtudes, pero también de sus defectos. La impaciencia pudo más antes y después. Llegó de apuro y se fue con similar urgencia.
La escasez de buenos resultados en el inicio de esta nueva etapa exacerbó los ánimos (de hinchas, dirigentes y algunos periodistas (?)), y motivó el borrón y cuenta nueva.
Por lo visto, a los dirigentes albiverdes les está faltando equilibrio, capacidad analítica, tranquilidad a la hora de las evaluaciones, menos emociones, y mayor control de la ansiedad de triunfos (algo muy pernicioso), que los lleva a cometer errores en forma permanente.
Ojo que nadie puede garantizar resultados, pero si un buen trabajo que puede llevar a un equipo a ser gran protagonista, con posibilidades de éxito.
* Foto internet
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